Cuando el malón ataca, suscita vergüenza ajena y propia


Conozco de años a Alfredo Echegaray -Alfredo de Ògún, por su orisha- presidente de Federación Metropolitana de las Religiones Afrobrasileñas de Buenos Aires. Conozco a Adela, su esposa; a sus hijos, a sus suegros. A sus hijos de religión, con quienes hemos compartido eventos culturales y religiosos. He cenado y dormido en su casa durante viajes mensuales a esa ciudad con motivo de mis disertaciones en seminarios religiosos. Es decir, lo conozco. Señalo que es un hombre de bien, un padre de familia dedicado -no vive de la religión que practica, como tantos (incluidos curas, pastores, rabinos, ayatollas y pais de santo) que no es desdoro, pero limita: sale todas las mañanas en su auto a trabajar fuera. Es, además, un sacerdote honesto. Un hombre que se ha preocupado -y se preocupa- por leer, instruirse, conciliar sus creencias con las de otros, buscar puentes de similitud y derribar los de las diferencias. Alfredo es un hombre sencillo, hospitalario, generoso, buena gente.
En una muestra de lo que se ha convertido una sociedad polarizada por la intransigencia en la Argentina, ese signo de la era Kirchner que grita o agrede para plantear su manera de ver y sentir sin importar que los demás pueden tener otra tan legítima y viable. En esta Argentina que se debate entre el necesario deseo de perpetuidad de la corrupción -dejar los puestos podría traer, como consecuencia, posteriores juicios- y una amplia mayoría que sólo pide trabajo, salud y educación, esas mínimas seguridades que dan acceso a las demás y mayores, una turba de fascinerosos invadieron y destruyeron las instalaciones de su templo en Flores, con el pretexto de que se estaban faenando animales de corral.
Seguramente, era cierto. Cualquier persona de relativa cultura sabe que existen religiones cuyos adeptos no consumen alimentos de origen animal cuya muerte no haya sido de modo ritual. Así, por ejemplo, los judíos consumen carne certificada como kosher, los musulmanes pollos y corderos sacrificados de modo compasivo, y nosotros, los africanistas también. Con motivo de nuestras ceremonias de iniciación y rituales de pasaje de grado sacerdotal, no consumimos carne que no haya sido faenada para nuestras divinidades de un modo preciso y siguiendo reglas de épocas inmemoriales que se conservaron en América dentro de las comunidades afrodescendientes practicantes de su religión ancestral. Ningún hindú comerá tampoco vegetales o lácteos que no hayan sido ofrecidos primero, pues el acto sagrado de ingerir alimento es un acto de comunión con Dios. Cuando un católico ingiere la hostia consagrada, por el misterio de transustanciación que forma parte de sus creencias, está alimentándose del propio Cristo, en cuerpo y sangre.
 
Son creencias todas, y todas dignas de respeto, se compartan o no. 
 
Por eso me resulta espantoso lo que le sucedió a mi amigo Alfredo. Está siendo perseguido por sus creencias que, lógicamente debe acompañar con prácticas consecuentes. En el Siglo XXI y en una ciudad cuyo movimiento cultural es importante. Pero también en una ciudad donde el lumpenaje cada día más activo e iconoclasta sale a la calle a destruir aquello que desconoce bajo consignas dictadas por la ignorancia, el odio, la intolerancia y la impunidad que parece ser moneda de cambio para los favores políticos debidos a los "punteros".

Desde esta orilla me solidarizo con bàbá Alfredo, con Adela, con sus hijos, suegros, con su gente del templo -trabajadores, madres de familia, argentinos dignos- Me pongo en su lugar y siento la bronca, la impotencia y la desazón ante la injusticia disfrazada de malón. Seguramente se levantarán voces de todos lados, unas para aprobar y otras para condenar estos hechos. Añado que quienes por convicciones personales aprueban que el templo de pai Alfredo sea arrasado deben ser personas con escasa fe en sus propias creencias: no existe ninguna religión seria que inste a sus adherentes a destruir con la violencia los artefactos sagrados del otro. Es legal, sí, tratal de convencerle, convertirle, evangelizarle. Pero destruir su casa y sus bienes es de hordas, de fascistas, de ignorantes. 
Los que condenamos somos quienes sabemos que la intolerancia -en cualquier dirección, con cualquier motivo- es como una bola de nieve que va creciendo mientras rueda y seguramente engullirá más tarde a quien la ha formado y echado a andar.

Alfredo querido, esto es nada más que una anécdota. Lo material se recompone o repone. Lo que me da más pena es que este desmán fue cometido contra el hogar -un sagrado inviolable- de una buena familia encabezada por un excelente hombre y sacerdote. Mi abrazo, mi afecto, mi solidaridad.

Re: [Ègbé ti Bàáyin] Nuevo comentario en el blog Segregação e intolerância nas eleições gubernament...


Mi muy estimado Milton t'Xango, hace mucho que no veo novedades en esta tu página y aunque no lo creas era para mi muy interesante e importante seguirlas, deseando que solo se deba a un problema de mi sistema o a un exceso de gratas actividades por tu parte, te pido me comentes si es que debo buscar por otra dirección.

Deseando que estes bien tú, tu señora, hijos y nietos (incluidos también los de la familia de orixa) te saludo con afecto desde lejos.

Fuerte abrazo cordial de,

Javier t'OSun Iyeponda Mirere
S/C de Tenerife



Publicado por Javier t'Oşun Iyeponda Mirere para Ègbé ti Bàáyin a las 24 de enero de 2011 16:45

Segregação e intolerância nas eleições gubernamentais brasileiras

 

Não custa lembrar que em janeiro deste ano, a candidata á presidente do Brasil, Dilma Roussef, mandou a Secretaria de Promoção da Igualdade Racial adiar o anúncio do Plano Nacional de Proteção à Liberdade Religiosa, para evitar novos atritos com evangélicos e a Igreja Católica em ano eleitoral

Esse plano previa a legalização fundiária dos imóveis ocupados por terreiros de umbanda e candomblé e até o tombamento de casas de culto.

Ele seria lançado no último dia 20 de janeiro, às vésperas do Dia Nacional de Combate à Intolerância Religiosa, mas, na última hora, o governo recuou, “para evitar novos atritos com evangélicos e a Igreja Católica em ano eleitoral”

Segundo o jornal Estado de São Paulo (janeiro/2010), “desde o ano passado, Dilma tem feito esforços para se aproximar de católicos e evangélicos, sendo preciso evitar novos embates que possam criar ruídos de comunicação e prejudicar sua campanha”. Por isso, segundo ainda o jornal, desde o ano passado, a ministra tem feito todos os esforços para se aproximar tanto de católicos quanto de evangélicos e já percorreu várias igrejas.

Diante de uma plateia de praticantes de umbanda e candomblé, que se reuniram no último dia 20 no Ministério da Justiça, plateia esta composta de dirigentes de terreiros vindos de várias partes do Brasil, foi anunciado o adiamento da inclusão da preservação dos terreiros do Plano.

Surpreendente mesmo foi a declaração do coordenador do Plano, Alexandro Reis, responsável pelas Políticas para Comunidades Tradicionais. Segundo ele – no intuito de justificar a exclusão dos terreiros – “a preocupação do governo é que, por motivos eleitorais, o governo precisa pactuar com evangélicos e católicos, por causa das eleições deste ano”

Para o pastor Ronaldo Fonseca, presidente do Conselho Político da Convenção Geral das Assembleias de Deus no Brasil, “o governo não deve gastar dinheiro com tombamento de terreiros”. Não se sabe ainda a opinião desse senhor sobre as centenárias igrejas católicas preservadas por todo o país graças à política de tombamento que existe há décadas. Qual é o significado desse tipo de atitude que espelha o medo de perder votos ao se negar a reconhecer a inquestionável importância dos cultos afrobrasileiros?

A atitude da candidata a presidente Dilma Roussef exige nossa atenção para as eleições deste ano. Que tipo de governo teremos nos próximos 4 anos? Um governo que ignora a existência de milhões de brasileiros adeptos dos cultos afros? Um governo que se alquebra, que fica de quatro diante de católicos e evangélicos? Isso significa continuar entregando mais e mais concessões de rádio e TV às seitas eletrônicas que as utilizam para ofender e vilipendiar umbandistas e candomblecistas? É isso que nos espera?

Temos o direito de saber o que nos aguarda no próximo governo: um tratamento igualitário e justo, ou um tratamento sectário, de isolamento dos umbandistas e candomblecistas. Os seguidores dos cultos afros enfrentaram os senhores de engenho e a Igreja durante a colonização. Enfrentaram a Polícia na primeira metade do século passado. Nos últimos 30 anos, enfrentam os fanáticos das seitas evangélicas. E hoje, surpreendentemente, são vítimas de interesses eleitorais.

Impossível votar na Dilma, que discrimina umbandistas e candomblecistas para ‘agradar’ os evangélicos dentre os quais existem fanáticos que agridem e ofendem diariamente a crença de quase 30 milhões de brasileiros.

Un candidato a vice bien virgen...

 

Resulta poco menos que insólito que un candidato a vicepresidente de Brasil -Michel Temer, el segundo de Dilma Roussef- pueda decir como si se tratase de un mérito que "nunca pise un centro espiritista ni frecuenté sesiones de Umbanda ya que fui criado dentro de una familia rígidamente cristiana".
Sobre todo porque un vicepresidente debe, en casos puntuales, encargarse del gobierno de un país y ésto significa gobernar para todos, incluidos espiritistas, umbandistas y africanistas. Si dice casi con orgullo esa enormidad, es posible que la contraparte que se niega a decir pero surge por elevación sea "porque Brasil es una tierra de cristianos blancos despegando hacia el Primer Mundo".
Señor Temer, el saber no ocupa lugar. Más de alguna vez le tocará en caso de llegar a ocupar ese puesto para el que postula la oportunidad de ser invitado a celebrar un aniversario con la colectividad judía, o con la musulmana, o con los bahai's y resultaría chocante decirles "no voy porque no son cristianos". Si usted fuese un brasileño normal -es decir abierto, escucha de música popular, mulatón o cuarterón, eso no importa, amante de la cerveza y del samba, catador de cachaça y torcedor de Flamengo- sabría que no peca contra Cristo si pone un pie en una sesión espírita, si asiste a una gira de caboclos o si comparte con los demás un jeum de candomblé o una mesa de batuque. Aunque usted no lo crea, el espíritu cristiano se encuentra más a sus anchas en estos lugares a los que usted desconoce con tanto orgullo que en los que se dicen y se etiquetan como cristianos. En estas religiones populares se vive la solidaridad tal como la predicó Cristo, comiendo y bebiendo con prostitutas, con publicanos y fariseos. En estas religiones mestizas el amor al prójimo es tal que no existen distinciones de sexo, color de piel o estatus social. En estas religiones que usted desdeñosamente ignora debe haber miles, qué digo milis, sino millones de trabajadores a los que usted dice representar sin conocer ni de cerca aquellos lugares donde buscan consuelo a sus miserias del día a día en un país maravilloso y a la vez brutal porque está creciendo y proyectándose entre los grandes países. No le haría nada mal hacerse un hueco en su pesada agenda y aunque sea por diplomacia ir a pedir la bendición de alguna mãe-se-santo bahiana, de esas que hacen obra abriendo escuelas, hogares y talleres gratuitos para niños con problemas o para hijos de mujeres que trabajan. No se le caerían los anillos si recibiera el abrazo de algún caboclo incorporado en su médium, porque ese caboclo no es otra cosa que el espíritu antiguo, vivo y pujante de Brasil. O escuchar a un preto velho dar consejos y bendecir con la humilde cruz de palo de su rosario de semillas del país.
Si usted va a gobernar Brasil, aunque más no sea de a ratos, cuando doña Dilma se ausente, le sería muy útil conocer a ese resto que supone no cristiano -¿o acristiano, postcristiano, o herético?- que mucho podría enseñarle de humildad y de diversidad.
Siempre dije que soy brasileño de alma, y menos mal: si lo fuese de verdad mi voto no iría para Dilma, pero sólo por usted, porque usted es un burro. O un ignorante que dice burradas, lo que resulta harina de un mismo costal.

"La Casa de los ojos de Tempo" - próximo lanzamiento

No próximo dia 19, das 19 às 22 horas, no Museu Carlos Costa Pinto, será lançado o livro A Casa dos Olhos do Tempo que fala da Nação Angolão Paquetan. Com a coordenação editorial do fotógrafo Aristides Alves, a obra resgata a história da nação Angolão Paketan a partir do terreiro de Mutá Lambô ye Kaiongo, localizado em Cajazeiras XI e liderado pelo tata ti inquice Mutá Imê.

 Além disso, o livro traz um texto do doutor em antropologia Renato da Silveira sobre a história da constituição do candomblé de Nação Angola no Brasil. Já a jornalista e mestre em Estudos Étnicos e Africanos, Cleidiana Ramos, escreveu sobre a história da família de santo do terreiro de Mutá Lambô ye Kaiongo.

 A obra traz também informações sobre as comidas sagradas; o uso das plantas, -com análise dos biólogos Aion Sereno Alves e Ana Paula de Sales S. Alencar- ilustrações dos inquices (as divindades do culto angola) feitas por Marco Aurélio Damasceno, além de um CD com os cantos sagrados da nação que teve direção musical de Tuzé de Abreu.

 As fotografias que ilustram o livro são de autoria de Aristides Alves e serão exibidas em uma exposição que será realizada de 20 de outubro a 20 de novembro no Museu Carlos Costa Pinto.  Também no museu acontecerá um seminário no dia 21 de outubro às 19h30 intitulado A Nação Angola na Bahia, com a participação do tata de inquice Mutá Imê, Renato da Silveira, Cleidiana Ramos, Jaqueline de Freitas da Fundação Palmares e Paula Barreto, coordenadora do Centro de Estudos Afro Orientais da Ufba (Ceao) e do Instituto Nzinga.

 A Casa dos Olhos do Tempo, que fala da Nação Angolão Paquetan foi realizado com apoio do Ministério da Cultura, via a Fundação Cultural Palmares. Os exemplares  serão distribuidos  gratuitamente para instituições que realizam pesquisas sobre a cultura e a religião afro-brasileira.


Palestrantes:

Mutá Imê- Tata ti Inquice do Terreiro de Mutalambô ye Kaiongo

Renato da Silveira- Doutor em Antropologia e professor da Ufba

Cleidiana Ramos- Jornalista e mestre em Estudos Étnicos e Africanos

Jaqueline Freitas- Jornalista, pós graduada em História e em Educação e representante da Fundação Palmares

Paula Barreto-Diretora do CEAO-UFBA e do Instituto Nzinga

 


Local: Museu Carlos Pinto, Av. 7 de setembro 2490- Vitória.

Telefone: 3336-6081

Apresentação dos Cantos Sagrados da Nação Angolão Paquetan e da Orquestra de Berimbau do Grupo Nzinga

O quê? Exposição: O Terreiro de Mutalambô ye Kaiongo

Quando: De 20 de outubro a 20 de novembro, de segunda a sábado (exceto terça-feira, domingos e feriados). Das 14h30 às 18 horas

 O quê: Seminário A Nação Angola na Bahia

Quando: 21 de outubro às 19h30

Local: Auditório do Museu Carlos Costa Pinto.

 

Mais informações:

Aristides Alves: (71) 8868-3596  3247-3596

Tata ti Inquice Mutá Imê- (71) 8748-6136

Janja: 9609-0106 


La filósofa que rescata la raíz negra de la Argentina

 
Por Alejandra Rey para LA NACION


En cada fiesta patria en que la libertad es el motivo de festejo, el ritual se repite: primero, la notificación con las instrucciones de cómo hay que vestir al nene para el acto; después, las alpargatas desflecadas, los pastelitos, el aguatero, el que vende velas, todos con las caritas pintadas con corchos quemados y, como paseando por una realidad que parece no ser propia, camina altiva la dama con peinetón y el caballero con levita. El plano se repite cada año con algunas variaciones mínimas: atrás los negros y, adelante, los blancos patriotas. Y todos terminan diciendo: "¡Viva la patria!"

¿El saldo? De 10 chicos que participaron en el acto patrio, por lo menos siete "hicieron de negros", es decir, actuaron de gente que no ven, que no quieren ver, que no pueden ver; personas que existieron pero que parece que se las tragó la tierra, que trabajaron a destajo en un pasado que se enseña como alegre y dicharachero, y que los niños no indagan. Dina Picotti, doctora en Filosofía por la Universidad de Munich, está acostumbrada a estas consultas. Ella, que se doctoró con una tesis sobre la superación de la metafísica como tarea histórica en Martin Heidegger, dedicó gran parte de su vida a estudiar la presencia negra en la Argentina y América, cómo se originó y se manifiesta en cada uno de los aspectos de nuestra vida y cultura.

Dina es una entrevistada misteriosa, de rostro bonito, delgada, elegante y edad indefinida. Nos abre la puerta de su casa en el Bajo Belgrano y la gran sala de estar, de color celeste, alberga cuadros, tallas, fotos y artículos africanos de una belleza extraña, que sólo se encuentra en aquel continente.

Y nada es casual. Porque Dina, que se fue de Villa Regina, Río Negro, a doctorarse en filosofía en Munich en la década de los 60, conoció en esa ciudad alemana al hombre de su vida, el padre de sus tres hijos, el ingeniero amoroso que construyó obras y caminos acá y en Africa, Abdourahmane Camara, guineano musulmán, negro y "muy buen mozo", como ella misma apunta, mientras sonríe levemente.

Cuenta Dina que a pesar del islam, al que Camara adhería, en los primeros años de los 70, la pareja se casó por la Iglesia Católica en Villa Regina y el evento constituyó allí una sorpresa: la blanca, muy blanca, desposándose con un negro, muy negro, fue el comentario general de sobremesa. "Todos pasaron por la iglesia y los que no, fueron a ver las fotos", comenta, divertida, esta mujer que no se resigna a haber perdido a su esposo hace ya 10 años, pero que mira la foto de Alejandro, su único hijo vivo, mulato y hermoso, que toca música y canta con un deleite incomparable.

"Es que cuando volvimos de aquellas becas de estudios de posgrado, como era Munich,  -dice Picotti- nos preguntamos qué debíamos  pensar nosotros mismos a partir de nuestra experiencia. Pero entonces advertimos que en verdad no conocíamos la propia historia,  porque no nos la habían enseñado; por ello comencé a bucear en las culturas que hacen a nuestra identidad, concretamente en las indígenas que habitaron también el valle del Río Negro."

Y acá vendrá la primera de muchas sorpresas que nos regalará a lo largo de la charla: "Daba clases de filosofía, pero me planteaba todo desde la perspectiva de cómo pensar aquí las grandes cuestiones, el hombre, sus prácticas, historia y cultura, llegando de este modo a preguntarme si en realidad aquí no hay negros, como solía decirse. Cabe recordar que cuando se le preguntó a un ex presidente argentino qué pasaba con los negros en su país respondió que ese problema lo tenía Brasil". Subraya la palabra problema como una de las que tenemos que desterrar del lenguaje: las demás se las dirá a esta cronista durante la charla.

-¿Y por qué con su esposo decidieron radicarse aquí, y no en Africa?

-Por las guerras, y en general, la difícil situación que viven los países africanos.

A través de la investigación, Dina se dio cuenta de que la presencia negra era más importante de lo que se solía aceptar y que el aporte a todos los aspectos de nuestra vida e historia era tan doloroso como inconmensurable. Y dice: "Por ejemplo la palabra «tango», entre otras, es de origen africano y la invisibilidad que se produjo fue tal, que ya nadie se acuerda de que Carlos Gardel tenía un guitarrista negro".

"La Argentina empezó a negar a los negros por el hecho de estar relacionados con la esclavitud, y a mí me interesaba rescatar el valor que tuvo y tiene su presencia, porque toda cultura significa una experiencia humana irreemplazable. Entonces, no reconocer una cultura significa perder una parte importante de la historia humana, es impedir nuestro auto- reconocimiento".

Dina dice todas estas cosas con una sencillez llamativa y se concentra para dar respuesta en alguno de los muchos objetos africanos que decoran su casa. Asegura que una buena  parte de la población argentina tiene impronta africana, aunque no lo sabe o quizá no quiere saberlo.
"Se lo advierte en diversos rasgos físicos y culturales, yo lo veo", y cuenta que por ejemplo el artista uruguayo Carlos Páez Vilaró seguramente tiene antepasados afro.
"Es que mirá, gran cantidad de esclavos negros ingresaron en el Río de la Plata por el puerto de Buenos Aires a través de diversos asientos, a los que hay que agregar los que venían de contrabando y que luego eran repartidos por el interior hasta Chile y el Perú. En algunos países, esas comunidades se mezclaron menos, pero aquí hubo un intenso cruce entre blancos, negros e indios, y se fue perdiendo el color.

-¿Se sabe cuántos negros había en la Argentina hace 200 años?

-Se supone que un tercio del total de la población de Buenos Aires colonial era negra, y las estadísticas del centro, oeste y norte de país superaban el 50%, en ciertos lugares, como Santiago del Estero, llegaba al 90%, pero después ya no se los registró en los censos. Esperemos que este año se pregunte claramente por el origen del encuestado para poder apreciar si ascendió del 5 o 6% la actual población de color, que se estima según una prueba piloto hecha hace un par de años.

¿Qué pasó? No desaparecieron simplemente a causa de las guerras y las pestes, como se afirma; se mezclaron, dice Picotti, y aclara que el así llamado "cabecita negra" venido del interior  tenía en buena parte ascendencia negra. Agrega que hay bastantes datos, entre ellos una cerámica precolombina existente durante ocho siglos, que testimonian ya una relación precolombina de culturas negras con las nativas de América. "Además de la presencia esclava tuvimos luego una inmigración importante de Cabo Verde durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, y desde los años 90 una inmigración reciente africana y afroamericana que procede de diversos países, por ejemplo, hay más de 1000 senegaleses, que sólo se involucran con sus pares, viven en hoteles y suelen tener la familia en su continente."

Las referencias de Picotti son tan interesantes que es difícil no caer en la muletilla de preguntarle qué palabras o qué costumbres hemos incorporado de la negritud. Y siguen las sorpresas: palabras como "tango", "zamba", "mucama", "marote" o la expresión "fulo de rabia" son de origen negroafricano;  el arroz en la comida, la percusión en la música, el 2x3 que está en el ritmo del folklore y los ritos animistas, aunque ésta es otra de las palabras que Dina quiere desterrar del lenguaje, porque supone desconocimiento desde una visión eurocéntrica. "Quienes fueron rebajados a esclavos, enviados como frente de choque a las guerras,  empleados en condiciones inhumanas en toda suerte de trabajos, supieron sin embargo devolvernos canto y danza, que son lenguajes superiores."

Y habla de los tambores que, dice, llegaron a ser la voz de los sin voz, "un lenguaje convocante. Y la danza. Los niños negros antes de aprender a caminar danzan, es el lenguaje por excelencia, porque es expresión de vida. Pienso que hay un subsuelo negro entre nosotros, que se manifiesta de diversas maneras, incluso en las síncresis religiosas, donde por ejemplo cada santo cristiano tiene su correspondencia africana.

Dina y su hijo conocieron a sus familiares africanos mucho tiempo después de que Camara y ella se casaran. Fueron a Angola, Mali, Guinea y vieron lo bello y la riqueza humana y natural de esa tierra, pero también la devastación y la pobreza. Años más tarde, el ingeniero Camara volvió a su continente a construir colegios, rutas y puentes, y regresó también dolido de ver tanta corrupción interna y externa que mantiene a la población en condiciones inaceptables. "Continúan así ?comenta Dina?, la familia tiene tierras, pero apenas subsisten, sin servicios sociales básicos; no he regresado desde entonces." Ya es tarde, y Picotti acompaña a La Nacion hasta la puerta, pero se detiene para mostrar en el escritorio una foto de su esposo. Hay, todavía, un deseo irrefrenable de verlo en este instante, unas ganas contagiosas de acercarse, pero se contiene y sólo saluda. Y queda sola. En esa casa con tantos espíritus...

DINA V. PICOTTI DE CAMARA

Doctora en filosofía

Quién es: se doctoró con una tesis sobre la superación de la metafísica como tarea histórica en Martin Heidegger, dedicó gran parte de su vida a estudiar la presencia negra en la Argentina y en América, cómo se originó y se manifestó en cada uno de los aspectos de nuestra vida y cultura. Ha editado una docena de libros sobre esta temática y es investigadora en temas de filosofía contemporánea, filosofía de la historia y pensamiento latinoamericano. Se doctoró en Filosofía en Munich. Estuvo casada con un ingeniero guineano, padre de sus tres hijos.
Es directora de su Instituto de Pensamiento Latinoamericano y Directora del doctorado de Filosofía del mismo claustro. Ha sido coordinadora de la Maestría en Ciencias Sociales en la Universidad Nacional de la Matanza.

La democracia hace la diferencia

 

"El presidente es de todos, incluso de quienes no lo votaron," dijo esta mañana José Mujica en clara respuesta a las críticas que recibió desde el Partido Comunista por - entre otros puntos - recibir a un grupo de disidentes cubanos en la Torre Ejecutiva a pedido de dirigentes de la oposición.
El mandatario, en su audición radial de M24, afirmó que "el gobierno decidió recibir a estas personas por respeto a la solicitud de importantes personas de los partidos tradicionales. Y lo aclaramos de entrada, porque no queríamos regalar al escenario uruguayo una discusión fútil donde se nos pintara como intolerantes y otras cosas por el estilo, que en esos momentos se dicen", dijo.

"Nosotros hemos aclarado oportunamente que no nos inmiscuimos en la política de nadie ni somos jueces de nadie. Tenemos una clara posición y la hemos tenido históricamente desde siempre de apoyar a la revolución cubana en su lucha contra Estados Unidos. Y la practicaremos en cuanto foro tengamos que asumir decisiones. Pero en este país, dentro de este país, tenemos la obligación de respetar a los partidos que piensan distinto a nosotros", enfatizó.

Aclaró que "hablar no significa conceder; significa en este caso concreto un acto de respeto hacia opositores internos que piensan distinto. Con ellos tenemos que convivir y tomar decisiones fundamentales" y reiteró la "invitación a quienes representan a los que no nos votaron a participar en la decisión de políticas para el país".

Mujica recordó que durante el acto tras la victoria de las elecciones nacionales en segunda vuelta dijo que no hubo ni vencidos ni vencedores, "reconociendo en todos aquellos muchísimos que no nos votaron, y que a pesar de ello eran y son parte de esta nación".

El presidente explicó que, desde esa postura, ha trabajado para construir una "unidad nacional", a pesar que no haya sido siempre debidamente comprendido. Y afirmó que reconocer este punto no significa no reconocer la existencia de diferencias y confrontaciones políticas e ideológicas, "pero en última instancia este país necesita mínimos de acuerdos, tolerancias y respeto mutuo para vivir y para funcionar".

"Institucionalmente, un presidente en Uruguay cuando es electo pasa a ser presidente de todos, continuó Mujica. "Y por eso - dijo - a veces debe hacer cosas que no coinciden con su manera de pensar pero deben hacerlas igual porque por encima de él estará la nación y seguirá estando, porque estaba antes y seguirá después. Es lo único permanente", puntualizó.

Opinó que ese respeto hacia "los adversarios políticos, no enemigos, a pesar de las diferencias", no ha sido correctamente interpretado. "Tampoco - agregó - el gobierno pretende imponer condiciones sino cultivar, en las decisiones, las consultas y el respeto en cada uno de los actos".

"El respeto político es un acto para cultivar la unión nacional que se debe realizar en forma permanente. Lo central, en cada uno de los pasos que damos, es si conviene o no conviene al interés nacional. La unidad básica nacional no puede lograrse de otra forma que no sea por mutuo respeto".

Aclaró que "antes de ser gobierno, en diferendos dolorosos con Argentina, tuvimos que bancar que se nos tratara injustamente poco menos que como peones del gobierno argentino. Nos tuvimos que bancar esa ofensa y la pasamos por alto porque había que priorizar el interés nacional. Los resultados  alcanzados son el fruto de una actitud cultivada durante años y de una manera de pensar".

Cien años de luz y conservación cultural

O Terreiro Ilê Axé Opó Afonjá, fundado em 1910 por Eugênia Anna dos Santos (Mãe Aninha), comemorou um século de existência sediando encontro com secretários da educação dos municípios baianos no dia 26 de agosto no próprio Terreiro, no bairro de São Gonçalo, em Salvador. Promovido com a parceria da Secretaria da Educação do Estado da Bahia, o encontro Ófin no Olope (Lei em Ação) trouxe na pauta o debate sobre a implantação da Lei nº 10.6392003, que inclui História e Cultura Afro-Brasileira como ensino obrigatório no currículo oficial das redes de educação do Brasil.

Na oportunidade, aconteceu o lançamento do livro didático Epé Laiyé – Terra Viva, de autoria de Maria Stella de Azevedo Santos, conhecida nacionalmente como Mãe Stella de Oxossi. A Secretaria da Educação do Estado da Bahia já adquiriu cinco mil exemplares do livro. Segundo o superintendente de Desenvolvimento da Educação Básica da Secretaria da Educação da Bahia, Nildon Pitombo, “poder contar com instrumentos pedagógicos específicos, construídos com base no resgate e na valorização da cultura ancestral dos negros é muito importante para consolidarmos uma Educação pautada na democracia e no respeito às diferenças”.

O livro Epé Laiyé já vem sendo utilizado na Escola Eugênia Anna dos Santos. Municipalizada em 1998, esta escola funciona há mais de 30 anos dentro do Terreiro Ilê Axé Opó Afonjá e é uma referência nacional na implementação de leis e diretrizes que tratam da Educação para as relações étnico-raciais.

 O conteúdo do livro Epé Laiyé aborda questões sobre meio ambiente de maneira lúdica, trazendo as entidades da religiosidade afro-brasileira como personagens de uma aventura ecológica, para enfatizar a importância da preservação da natureza. De acordo com o parecer da Secretaria da Educação da Bahia, “o livro torna-se um potencial instrumento de apoio pedagógico aos professores das escolas do 1º ao 5º ano do ensino fundamental, assim como nas escolas municipais quilombolas, pela sua propriedade teórico-cultural e pela qualidade estética apresentada”.

Mãe Stella, uma das mais importantes Iyalorixás da Bahia, atua tanto em sua comunidade como nas entidades representativas da tradição africana. É conhecida por recusar a ideia do Candomblé como uma seita sincrética, afirmando a sua legítima condição de religião no Brasil. Líder respeitada como referência de diálogo intercultural e inter-religioso, ao completar 80 anos de vida em 2005, recebeu o título Doutor Honoris Causa pela Universidade Federal da Bahia (Ufba) Em 2009, a Universidade do Estado da Bahia (Uneb) concedeu-lhe o mesmo título. Mãe Stella ainda é detentora das Comendas Maria Quitéria (Prefeitura de Salvador) e Ordem do Cavaleiro (Governo da Bahia) Também ganhou, em 2008, o Troféu Palmares, do Ministério da Cultura.