El Carnaval está de luto: murió Washington " El Canario" Luna

por ALEXANDER LALUZ

Tras haber estado internado varios días por una grave enfermedad, ayer a la noche falleció a los 70 años Washington "El Canario" Luna. Fue uno de los principales referentes de la música popular uruguaya y espejo de muchos carnavaleros.

Sus restos vienen siendo velados en la casa fúnebre Francisco González, Gral. Flores 2384, y será enterrado en el Cementerio del Norte. El cortejo partirá alrededor de las 15:00 horas.

Todo el mundo lo conoció como el "Canario" Luna. Hombre de boliche, de tablado, de ensayos murgueros, que pasó a ser genio y figura de un Carnaval de antaño con el sonido de la Unión como emblema. Anoche se tomó la última copa con la vida y pasó a jugar en la divisional de la memoria popular.

Nunca se consideró un artista profesional. "Soy uno del montón", solía decir con su voz aguardentosa. Cuando cantaba, sus agudos hacían vibrar la fibra emotiva de cualquier carnavalero. A los 13 años se subió por primera vez a los tablados. Era una época en que cada esquina montevideana tenía un tablado, las murgas no tenían maquilladores y había que pintarse uno mismo la cara. No se hablaba de cantores profesionales. Eran gente de barrio, de boliche, del club. Aquel murguista arquetípico, el de la bohemia, de la noche, siguió vivo en el Canario.

Pero también fue el hombre de los múltiples oficios. Fue lustrador de zapatos. Vendió números de lotería. Y fue tal su suerte que le embocó a un número ganador y eso le dio para casarse. Así armó su familia. Hoy llevaba más de 40 años de casado. Tres hijos. Varios nietos. Un perro, a quien consideraba su hijo menor.

Jaime Roos lo llevó a los estudios. Y aquella voz de la Falta y Resto pasó al podio de los clásicos con "Brindis por Pierrot", con "Adiós juventud", con "El grito del canilla". "Soy un chapado a la antigua", dijo alguna vez. Jaime Y ese espíritu se respira en esas notables canciones de Roos, capturando climas e historias de la ciudad y de la fiesta carnavalera.

Su ingreso a la canción popular le aportó al género de la murga-canción un sonido diferente, que abrevó en fuentes históricas, en aquellos sonidos que definieron las murgas de la Unión como la de Don Timoteo del 66 o del 74. Pero no cantó sólo murgas. También arremetió con el tango. Él sentía que no se le faltaba el respeto a la música del fuelle urbano. "Soy murguista, y lo canto a mi estilo, pero no me voy a reír de un Goyeneche", decía. El candombe tradicional también estuvo en su repertorio, y tuvo un pasaje glorioso por aquel grupo Repique con el que recorrió nuestro país y también saltó el charco y se anotó varios goles en la capital porteña.

Anoche hizo su último brindis y se marchó con las glorias del Carnaval. Un cáncer lo tenía a maltraer. Pasó varias veces por el hospital, pero a última hora volvió a su casa. En la medianoche de ayer le tocó el final que quizás muchos pronosticaban. Ahora quedan sus discos como solista, algunos videoclips, los discos de murga. Y la memoria de esa voz aguda, cargada de áspero filo, de la bohemia. A la salud de un capo.

Ferviente admirador del Generalísimo resultara este blanquísimo...

UN JEFE

Verle, para nosotros que tanto habíamos oído hablar de él a los nuestros, fue algo muy especial.

Con un poco de atrevimiento y mucha esperanza, habíamos solicitado la correspondiente audiencia. Concedida ésta, parecía que nunca iba a llegar el día indicado, hasta que, por fin estábamos entrando al Pardo.

Llegábamos con retraso para ver a la famosa "guardia mora" que nos fascinara de chicos con mil y una historias. Correctos guardias con un uniforme bastante común hacían sus veces. Salones y más salones entrevistos al pasar. Una breve espera junto al Marqués de Casa de Loja, y no tardaron en abrirse las puertas del despacho donde de pie y con mirada impenetrable esperaba Francisco Franco y Bahamonde, jefe del Estado Español, en pocas letras "el caudillo", nombre con el cual se le designó siempre en casa. De mediana estatura, vestido con castrense sencillez y elegancia. Su uniforme con banda roja de Capitán General a la cintura y en el pecho una sola condecoración. Una sola, pero suficiente para eclipsar a todas las del mundo: ¡la Laureada, la de los sobrevivientes, la de los casi inmortales!

Pocos hombres han sido traídos y llevados en el comentario del mundo. Pocos hombres han gravitado tanto en la escena del mundo. Pocos han tenido tan larga parte en los planes de la Providencia.

En la vida, en la historia como toda cosa humana, la cifra es el hombre. Ideas, teorías, y planes se reducen a la unidad hecha a imagen y semejanza de Dios. El Jefe, el Conductor, el Caudillo, eternos en el tiempo, son la sublimación de hombre sin perder por ello su esencial carácter de ser vivo y real. El que no concibe o no comprende la figura de un jefe, carece de un elemento
primordial para juzgar los hechos. La raza latina es generosa en figuras enormes.En figuras que sin perder la dimensión de mortales, dejan en el paso del tiempo estampada su huella de manera particularmente imperecedera. Antes de conocer a Franco conocíamos ya un Jefe. El nuestro de ayer, de hoy, y de siempre. El caudillo de España era el segundo. Bastó que sus ojos claros miraran con profundidad para que lo comprendiéramos.

Habló, más que habló, expuso. Cuarenta y cinco extraordinarios y maravillosos minutos. Ni una coma de lo dicho se ha borrado de la memoria. El tema: España. Occidente, la obra de veinte y tres años, el futuro. Una mañana única en la vida. Por ello he querido que su recuerdo quedara grabado en estas páginas. Y porque al conocer a este hombre, le renovábamos la lealtad y la admiración de tres generaciones de gente de nuestra sangre.

Del libro: "TRASFOGUERO" de Luis Alberto LACALLE
Editado por Talleres Gráficos Donostia - 1963 - Página 26





Karamba...

La fortuna de la presidenta argentina Cristina Fernández y su esposo y antecesor Néstor Kirchner, creció el 158 por ciento en 2008 -hasta unos 12,1 millones de dólares- según la declaración jurada del matrimonio que publica hoy la prensa de Buenos Aires.

El aumento del patrimonio neto de Fernández y Kirchner responde entre otros factores, a ganancias en la venta de 16 inmuebles en Santa Cruz, la provincia natal del ex presidente, por un precio total de 3,8 millones de dólares.

Durante el año pasado los depósitos bancarios del matrimonio se triplicaron, hasta alcanzar los 8,4 millones de dólares, según una declaración patrimonial presentada a comienzos de mes en la Oficina Anticorrupción y que publican los diarios La Nación y Crítica.

De acuerdo con ese documento, el patrimonio de los Kirchner se compone de 28 bienes inmuebles por valor de 3,8 millones de dólares, cuatro empresas por 4,8 millones de dólares, depósitos bancarios por 8,4 millones de dólares y 6.578 dólares en efectivo.

Fernández y su esposo son acreedores de un monto por unos 99.220 dólares y adeudan unos cinco millones de dólares.

El año pasado, Kirchner y su esposa crearon dos empresas con las que expandieron sus negocios hoteleros en la villa de El Calafate, vecina al Parque Nacional Los Glaciares, uno de los principales centros turísticos de la Patagonia argentina, donde el matrimonio tiene una casa y un hotel.

En enero de 2008, el matrimonio presidencial vendió en 1,65 millones de dólares un terreno de 20.095 metros cuadrados que había comprado dos años antes en El Calafate por unos 34.750 dólares, destacó La Nación.

Desde hace más de un año, hay una denuncia penal contra Kirchner por presuntos ilícitos en la compra a precio vil de terrenos públicos en El Calafate iniciada por el abogado Álvaro de Lamadrid y que tiene como fiscal a Natalia Mercado, una de las sobrinas del matrimonio presidencial, hija de la hermanísima Alicia.

De Lamadrid se ha quejado de que esta causa está paralizada por la inacción de Mercado a quien estudia denunciar por el delito de "prevaricación" (denegación o retardo de justicia)

La Nación subrayó que la fortuna del matrimonio presidencial se multiplicó por seis desde 2003, cuando Kirchner asumió la jefatura del Estado y junto a su esposa había declarado un patrimonio neto por 1,8 millones de dólares.

A su vez, Crítica puso de relieve que un juez federal de Buenos Aires archivó el año pasado por "inexistencia de delito" una denuncia penal contra Fernández y su esposo por presunto enriquecimiento ilícito.

Aquí en Uruguay también tuvimos un presidente que a comienzos de su mandato tenía una casa modesta en Pocitos, un autito y un campo chico del que aseguraba haber vivido durante la dictadura. Cinco años después, por la magia del glamour presidencial -y las jugosas coimisiones de la venta de bancos a falsos magnates argelinos o los sellitos termograbados de los cristales de automóviles entre otras cosillas, según la envidiosa maledicencia de los orientales- compró una mansión en Carrasco y mejoró su situación patrimonial a ojos vistas aunque aduciendo que dichas mejoras se debían a la muerte del suegro del que nadie suponía que fuese tan rico... Pero cuidado, que en octubre va por más.

Mastícame y llámame Coca...

En su reciente visita a esta república innominada al Oriente del río Uruguay, el presidente de Bolivia Evo Morales logró interesar al primer mandatario local Tabaré Vázquez de su proyecto de solicitar la despenalización del uso de la hoja de coca a la ONU.


Desde que fue descubierta y considerada un presente de las divinidades, la hoja de coca es masticada profusamente en los territorios que pertenecieran al antiguo Tiahuantisuyo  permitiendo que sus habitantes pudiesen enfrentar la hostilidad del clima, la presión de las alturas y el cansancio derivado del trabajo casi en situación de esclavitud al que le sometieron los colonizadores españoles. Los alcaloides contenidos en el vegetal –hoy industrializados y fuente de pingüe$ ganancia$ que muchos grupos -privados y gubernamentales- quieren controlar y absorber- han representado en el pensamiento mágico de las culturas andinas un verdadero don divino por cuanto supone el alivio de la sitación de quienes han nacido para servir.

Pero también es un medio oracular. La caída de las hojas y su posición entre otros objetos de referencia, su verso o reverso y los dibujos contextuales son, para quienes manejan esos códigos, la palabra de las divinidades y en especial la de la Tierra, Madre Sagrada Universal dadora de animales y plantas, raíces y frutos y por qué no, de la verde hojuela que trae descanso y resignación.

Como la yerba mate en el ámbito misionero, como el té para los chinos, como el chocolate para los centroamericanos, la coca entra pues en la nómina de la sacralidad vegetal. Y el Dr. Tabaré Vázquez, tan sensible a la vocecilla lastimera de su par trasandino, ha decidido apoyar el pedido a la ONU de permitir el uso popular de la hoja de coca –el té y el mascado en principio, pero que seguramente no evitará el otro uso del santo vegetal debidamente procesado para enviar a sus degustadores de todo el mundo-

Me pregunto por qué tanto ha enfatizado nuestro hoy complaciente gobernante contra la costumbre de fumar tabaco. Porque también el tabaco entra dentro de la cultura arawak como planta sagrada, dádiva de los dioses, vehículo de comunicación y de uso social. Incluso los nativos norteamericanos  lo usaban para establecer pactos basados en la potencia de su sacralidad. Tal vez puede ser porque el clima de Bolivia no es proclive al cultivo de tabaco, exceptuando en esas provincias ricas que no quieren ser gobernadas desde La Paz por el inefable seguidor de Chávez…

Como oriental espero que la sensibilidad presidencial del Dr. Vázquez  hacia las culturas precolombinas le haga firmar también por el libre uso –popular, latinoamericano y revolucionario, claro está- del peyote, de los hongos psilobices, de la marihuana o cáñamo indiano, del santo daime o ayahuasca, de la jurema y sí, del tan vilipendiado tabaco que, casualmente, los miembros de las clases menos privilegiadas son los que más lo fuman, situación que le endosaría sui generis un certificado de “popular”.

Productos tan genuinamente americanos como el ají, el maní, la mandioca, el tomate, el maíz, la papa, el boniato… y el guanajo de la Florida o pavo que se ha mudado para estas bandas del Plata y se ha convertido en especie autóctona.

Homenaje al Señor de la Tierra

debajo del monriwo

Nos congregamos hoy en profunda reverencia para presentar nuestros respetos a Obàlúwàiyé, divinidad de la Tierra y las transformaciones.

Que el Señor que trae las fiebres como señal de un proceso de cambios nos permita rendirle homenajes con salud y nos bañe con una lluvia interminable de doburu... Que nuestra piel-límite no se agriete y continúe húmeda bajo la gracia y vigilancia de esta bendita divinidad cuyo nombre más sagrado no conviene invocar en vano.

Que el Señor de las Perlas refresque la Tierra a nuestro paso para que éste sea leve y duradero, y en esa humedad fértil podamos imprimir huellas.

Que nos ampare bajo la frescura de sus pajonales y desde allí podamos cambiar y ser cambiados en solidaridad con toda forma de vida existente. Que los granos de cereal se multipliquen para que a nadie falten, sobre todo en Su Tierra predilecta secularmente devastada.

Que haya conciencia en cada hombre de Su benéfica presencia, eliminando el temor paralizante que impide la acción. Que el blanco y el negro con el rojo sean bandera de salud y prosperidad, pues como Omolú es Dueño de la Riqueza de los Suelos. Que la profusión de conchillas como signo de Su prosperidad no deje a ningún devoto con sed o hambre, o desamparado en la enfermedad.

Que se afilen los instrumentos de piedra, pues el Antiguo Señor llega puliendo el sílex y la obsidiana desde los cuatro rincones de la Tierra.

Ante tanta majestad, inclino mi cabeza y sólo pido silencio:
Atótó, bàbá! Àbà o! Ojú b'eru...