Todo sobre

Mi madre,

casualmente esta mañana hablaba de ti con mi amiga Gallega -la señora amiga de las películas que tanto te gustan- y le decía cuánto añoraba tu lacón con grelos. Es que desde que don Evaristo marchó, es casi imposible conseguir brazuelo... El llamado de Gabriel a Hilda me ha dejado en el aire, pensando en todas aquellas cosas que hemos vivido desde casi sesenta años y en lo que estará pasando ahora por tu cabeza. No tengas miedo: te están esperando papá y los abuelos, y las tías Ester, Celia y Julia con sus familias; Luisa y Manuel, Sarita y Julia la de tío, seguramente con algún cuento que pretende que le creas...

Yo sé bien que vas a ese lugar de blanco fru-fru y música de arpa que sostiene tu religión, porque siempre has sido solidaria y honesta. Y si no, por mi religión, puedes tener un lugar de paz infinita donde siempre hace buen tiempo y se ve la luz del sol. No te preocupes, mi madre, es sólo un viaje, y tendrás compaña para que te guíe y te arrope por si tienes frío. Ahora hay una lluvia menudita por acá, pero tú, que siempre has sido amiga de la lluvia, no te detendrá en tu ida esa minucia. ¿Recuerdas que decías que era buena la llovizna, porque hacía crecer los hongos? Y salíamos a por ellos, y llenábamos frascos y más frascos para tener todo el invierno...

Mi madre, que tú marchas y yo que te entretengo con estas minucias. Llevas contigo todo mi amor. Tal vez no haya sido yo el hijo que deseabas, pero te aseguro que has sido tú la mejor madre para mí. Recuerdo con qué orgullo te esponjabas cuando en casa de doña Herminia alguien te decía, viéndome pasar las horas absorto en los libracos del mueble alto, "pero qué tranquilito es este niño". Me has hecho así, y así he sido. Y mal no me fue, ya ves.

Puedes emprender tranquila tu viaje, mi madre. Cada vez que te he dicho que te amaba fue verdad, aunque quizá no tantas veces como debiera. Pero es que la vida a veces nos hace crecer con pudores, y mucho más con una madre como tú. No, no. No te reprocho nada, sólo digo que nunca estilamos hablar mucho más de lo necesario.

Ve en paz. Aquí tu hijo, tu nuera, tus nietos y bisnietos mantendrán tu recuerdo y tu nostalgia. Los dominios de la Muerte no son tan lejanos, créeme. Tú verás, me pides lo que sea y yo lo alcanzo. Tengo experiencia en esto y por eso no te digo adiós, sino hasta luego; porque nosotros hablamos, cantamos y danzamos con los habitantes de ese otro lado. Por eso nunca nos asiste el miedo. Profundo respeto, si. Nunca miedo.

Da un abrazo a papá y a todos. Cuando sea mi vez allí estaré, y te daré en detalle las novedades de ese tiempo, como a ti te gusta.

Te amo, miña nai. No me olvides tú con tanta gaita como hay en el cielo. Perdón, arpa. ¡Ea, que da lo mismo, si todo es música! Pues yo -aunque no te gusten- quiero tambores. Nada hay mejor para evitar la artrosis, doy fe.

                                                                                                  Bicos e mais bicos,
                                                                                                                teu fillo.

Slapstick



Los Tres Chiflados (The Three Stooges) se llamaba un grupo cómico estadounidense, activo entre 1922 y 1971. El conjunto conoció varias formaciones, y sus integrantes más festejados son mejor conocidos por sus apodos que por sus nombres: Moe, Larry y Curly (Curley en algunas de las presentaciones de sus cortos), Shemp, Joe y Curly Joe. Se hicieron famosos por sus cortometrajes, donde cultivaron una comicidad basada en la violencia física y en el juego verbal. Este género se conoce bajo el nombre inglés de slapstick.
Protagonizaron 190 cortos de unos 16 minutos cada uno para la empresa Columbia Pictures entre 1934 y 1958 los que luego del cine pasaron a la televisión, medio que los hizo conocer a las nuevas generaciones. Los Tres Chiflados siguen manteniendo en muchos países una inmensa popularidad.
La larga permanencia del trío en actividad (cuarenta y nueve años) se debió no solamente a su popularidad fundamentada en su humor agresivo y verbal, sino en el lamentable hecho de que por disposiciones contractuales, Los Tres Chiflados no fueron jamás propietarios de su obra sino meros empleados a tanto por semana. Esta circunstancia los obligó a actuar incansablemente hasta que las enfermedades, la vejez o la muerte los alcanzó.

Los Tres Chiflados comenzaron con las ambiciones artísticas de dos jóvenes hermanos judíos nacidos en Brooklyn, Nueva York. Se llamaban Samuel y Harry Moses Horwitz y estudiaban plomería (Samuel) y electricidad (Harry) en la Escuela de Artes y Oficios Barón de Hirsch de Nueva York.
Pero el verdadero amor de los Horwitz era el teatro. En 1909, Harry consiguió ingresar en el mundo del cine, siendo contratado como recadero para los actores durante las filmaciones en los estudios de la empresa productora Vitagraph. Su insistencia para que lo dejasen actuar le permitió comenzar a aparecer como extra en películas comerciales, junto a grandes artistas del cine mudo de la época: John Bunny, Walter Johnson, Flora Finch, Herbert Rawlinson y Earl William.
En ese mismo año, Harry conoció a un jovencito llamado Ted Healy. Este estaba también interesado en ser comediante y luego de hacerse amigo de Horwitz, buscaron trabajo juntos. Tres años más tarde fueron contratados para participar en el acto de danza acuática de Annette Kellerman como "bailarinas". Trabajaron en ello todo el verano de 1912.
El hermano de Harry, Samuel, decidió seguir sus pasos y entre los dos, intentar ingresar al mundo del espectáculo al menos como aficionados. Los dos hermanos comenzaron a hacer actos de vodevil no profesionales, tomando los seudónimos que los harían célebres: Harry Moses pasó a llamarse Moe y Samuel se hizo llamar Shemp. El apodo de este último proviene de que su madre, con fuerte acento europeo, pronunciaba "Shemp" cuando intentaba llamarlo "Sam".
En 1922, cuando Shemp tenía 27 años y su hermano 25, se reencontraron por casualidad con Ted Healy, a quien no habían visto durante años. Healy ya había logrado lo que los hermanos Horwitz deseaban: ser un cómico profesional. En aquellos tiempos trabajaba en un teatro de Brooklyn protagonizando un vodevil. Como Ted tenía papeles vacíos en su acto, propuso a Shemp y Moe que se unieran a su compañía, sugerencia que aceptaron de inmediato. El éxito fue tal que Healy rebautizó a su número llamándolo Ted Healy y sus Caballeros Sureños (Ted Healy and his Southern Gentlemen) Poco tiempo después volvió a cambiar el nombre del grupo a Ted Healy y sus Chiflados (Ted Healy and his Stooges), cuando Shemp y Moe comenzaron a cobrar protagonismo. A estas alturas, los dos actores principiantes anglicanizaron sus apellidos de Horwitz a Howard, y a partir de entonces siempre se los conoció como Shemp y Moe Howard. Como se ve, también había nacido el nombre del grupo, con el sustantivo Stooges ("peleles", que en el mundo hispano se tradujo como "chiflados". Healy y sus Chiflados trabajaron juntos por más de diez años.
Tras un corto período fuera del negocio del espectáculo, Moe regresó con Ted Healy y su propio hermano Shemp, a tiempo para presenciar, en 1925, la llegada de un nuevo integrante: otro joven judío llamado Louis Feinberg, que tomaría el nombre artístico de Larry Fine ("Larry")
Además de trabajar en el vodevil, Healy y sus Chiflados consiguieron ingresar al cine con la comedia de 1930 "Sopa para los locos" (Soup to Nuts), de la 20th Century Fox. Poco después, Healy se retiró del vodevil llevándose consigo a Moe y Larry, pero Shemp decidió permanecer en el show. A partir de allí, Shemp Howard protagonizó incontables comedias en teatro y cine, fue secundario en numerosas series y fue contratado por la RKO, la MGM y Monogram Pictures.

La llegada de Curly
Healy, Moe y Larry, entretanto, protagonizaron doce películas para la MGM (ocho en 1933 y cuatro más en 1934) Sin embargo, Healy y sus Chiflados echaban en falta el talento de Shemp. En vista de ello, Moe propuso a Ted incorporar al acto al menor de los hermanos Howard, Jerome Lester Horwitz, a quien todos apodaban "Babe". Babe tenía 31 años y lucía un largo cabello castaño y rizado y un enorme bigote. Cuando Healy lo vio por primera vez, le sugirió que su futuro papel podía beneficiarse de una buena afeitada a lo que Babe accedió, eliminando el bigote y rapándose la cabeza al cero. Así nació el personaje de Curly (es decir "Ricitos" apodo con que la posteridad lo recordaría para siempre.
La primera integración del trío, con Moe, Larry y Curly fue vista por primera vez en el cortometraje musical "Woman Haters" de 1934, conocida en Latinoamérica como "Los odiamujeres". Durante doce años esta fue la formación que en opinión de la mayoría de los aficionados al grupo produjo las mejores obras de este, con libretos más sólidos y situaciones más hilarantes. Sin embargo, a partir de 1940, cuando comenzara a manifestarse como un obstáculo la vida rumbosa y el alcoholismo de Curly, los estudios Columbia comenzaron a realizar remakes o segundas (y hasta terceras) versiones de cortos anteriores, tomando prestadas tomas o escenarios previamente usados, e incluso haciendo aparecer en pantalla a intérpretes secundarios ya fallecidos.
Entre 1941 y 1945 Los Tres Chiflados, como otros tantos artistas de Hollywood, se sumaron al esfuerzo de guerra y a las películas de tono propagandístico durante la Segunda Guerra Mundial. Testimonio de ello son cortos como They Stooge to Conga (1943), e incluso, la curiosa You Nazty Spy (1940, donde aparece la primera parodia hollywoodense de Adolf Hitler, interpretada por Moe, anterior en varios meses El gran dictador de Charlie Chaplin, e incluso a la entrada de los Estados Unidos en el conflicto)
En 1946, durante la filmación de uno de los cortos, Curly sufrió un ataque de hemiplejia que forzó su reemplazo por su hermano Shemp, quien había actuado también tanto para Columbia, a veces en solitario y otras acompañando a cómicos hoy casi olvidados como Andy Clyde, como para la Metro-Goldwyn-Mayer, donde fue actor secundario de Abbott y Costello. Curly fallecería en 1952.
Entre 1947 y 1955, e incluso más, como se verá, Shemp actuó junto a Moe y Larry en varios cortos más, brillando con luz propia y aportando su experiencia actoral y sus amplias dotes de comediante. En 1953 el grupo filmó algunos cortos en tres dimensiones, como Pardon my Backfire y Spooks, presentados con una gran publicidad.
Sin embargo los estudios Columbia llevaron casi hasta el hartazgo los remakes de versiones anteriores durante este periodo. La sorpresiva muerte de Shemp en 1955, no detuvo esta tendencia, sino que incluso provocó situaciones grotescas, ya que la muerte del actor totalmente inesperada y que amenazaba poner punto final al trío, no fue aceptada fácilmente ni por los sobrevivientes de éste ni por la empresa. En varios cortos del año 1955 y 1956, el actor secundario Joe Palma encarnó una versión de Shemp muy poco convincente, escondiendo el rostro de la cámara o desapareciendo inexplicable o sorpresivamente de la acción, ya de por si muy resentida a causa de la debilidad de los libretos y del montaje de las propias versiones.
El talento de los Tres Chiflados fue utilizado por aquella época de la Guerra Fría también en películas donde se caracterizaba en forma bastante basta a personajes de "potencias extranjeras", como el que encarnó Gene Roth en "Dunked in the Deep (1949) y su remake "Commotion in the Ocean" (1956), donde sus rasgos representaban con muy poco disimulo a los del líder soviético Iosif Stalin.
En 1956, Joe Besser, ex actor de Metro-Goldwyn-Mayer, que también había aparecido incluso junto a Shemp en filmes de Abbott y Costello, fue el tercer integrante que mantuvo al trío en actividad hasta el cierre del departamento de cortos "Short subjects" de Columbia en 1958. Los libretos fueron en este periodo aun más flojos, sin contar algún ocasional remake, lo que unido al humor excesivamente blanco e ingenuo de Besser, hizo que las películas del trío fueran de una notoria medianía.
En la década de 1960, Curly Joe DeRita sustituyó a Joe Besser en varios largometrajes donde los Tres Chiflados aparecieron, al mismo tiempo en que se producía una serie de dibujos animados con sus caracteres. Finalmente, la mala salud de Larry terminó este ciclo en 1972, cuando tanto él como Moe aparecían ante las cámaras notoriamente envejecidos, lo que resultaba poco gracioso para sus seguidores.
A pesar de no haber contado nunca con el respaldo de la crítica más académica, los Tres Chiflados fueron y son inmensamente populares en muchos países del mundo, donde su humor no ha envejecido y donde aun se disfruta de su comicidad.
El público latinoamericano en particular conoció al trío a través de las versiones con doblaje al español realizadas en México hacia 1961, que son las que han venido siendo exhibidas desde entonces en varios canales de televisión (abierta y para abonados) de la región. Actualmente en la Argentina, se ve por el canal de cable de Claxson, Retro, para toda Latinoamérica.
Junto a los Tres Chiflados actuaron algunos cómicos de segunda fila que habían conocido mejores épocas, como Bud Jamison y Chester Conklin (que habían actuado junto a Charlie Chaplin años antes), Snub Pollard (que lo había hecho junto a Harold Lloyd), Walter Long (actor secundario en El nacimiento de una nación de David Wark Griffith; y presente en varias de Laurel y Hardy), Vernon Dent (quien fuera del grupo de Mack Sennett y actuara con Harry Langdon) así como otros que con ellos se iniciaron, como Lucille Ball, Christine McIntyre (la rubia casi omnipresente en la era de Shemp), Emil Sitka y Gene Roth, y otros actores que incluso habían representado papeles "de carácter" en el cine no cómico como Symona Boniface y Gino Corrado (quien es claramente reconocible en Ciudadano Kane, de Orson Welles)

El último en formar parte de los chiflados, Emil Sitka, fue asimismo el último en dejar este mundo. Curly Joe participó en una serie llamada "Los Nuevos Tres Chiflados", pero sus apariciones fueron algo escasas y su éxito no se comparaba al obtenido por los primeros largometrajes del trío.
En 1975 murieron Larry y Moe en los meses de enero y mayo respectivamente. Este último había participado de giras y hecho apariciones hasta poco antes de su deterioro físico y de su consiguiente fallecimiento. Larry en cambio ya había sufrido ataques y se encontraba recluido en un asilo desde hacía unos cuantos meses. Joe Besser moriría trece años más tarde, en 1988, Joe De Rita en 1993, y Emil Sitka en enero de 1998.


Los efectos de sonido
El uso de efectos de sonido representó un ingrediente importante para complementar las carencias y los espacios en blanco dejados por una era en la que los efectos especiales dejaban mucho que desear. Un buen ejemplo sería cuando Moe golpea con un martillo a sus compañeros chiflados, algo que se conseguía al impactar esta herramienta contra un objeto macizo o rígido, dando a entender al espectador que los personajes eran cabezaduras o, en muchos casos incluso, huecos de cerebro. Los tambores se usaban para ocasionar el sonido producido ante el golpe ficticio a las zonas bajas del cuerpo, y el violín hacía lo propio para representar al típico piquete de ojos. Cuando determinadas extremidades como los dedos de las manos o de los pies, o la misma nariz eran mordidas, pellizcadas o presionadas, un ruido parecido al ocasionado tras partir una nuez acompañaba de fondo.
De alguna manera, el ingenioso uso de estos efectos de audio fue lo que propició en gran medida el éxito del espectáculo, ya que el prescindir de ellos podría haber desembocado en algo monótono y prejuzgado de violento.
La fama que alcanzó el trío que se lució por primera vez con el emblemático Ted Healy allá por el año 1930, y que tuvo su mejor época en las décadas de 1940 y 1950, no sólo marcó un antes y un después en el cine clásico y en la comedia épica, sino que supuso un fuerte impacto que no conoció ni conoce de tiempos ni de modas, ni mucho menos de humor y entretenimiento de primera clase. Los Tres Chiflados originalmente compuestos por Shemp, Larry y Moe, tuvieron en su haber a siete talentosos comediantes que contribuyeron con un estilo especial y característico que supo llamar la atención de un espectador que recibió de una forma simple pero innovadora, lo mejor de la comedia jocosa, atrevida y violenta.
Para muchos seguidores, Curly fue el más infantil y natural de todos los chiflados que actuaron junto a Larry Fine y a Moe Howard. No obstante, Shemp fue un gran favorito del público, y prueba de ello es el rating del que gozó la serie mientras realizaba sus apariciones en escena, tanto antes como después de la aparición de su hermano Curly. Poco antes de la muerte de éste último, Shemp recibió ofertas para regresar a la pantalla y así evitar el decline del programa. Lo cierto es que pese a su reaparición escénica no tardaría mucho en abandonar su papel cuando la muerte le sorprendió en 1958.
Joe Besser supondría una salida a flote en medio de una crisis que no pudo ponerle fin a las pretensiones de Moe y sus colaboradores. Junto a él, los chiflados volvieron a reiterar antiguos episodios así como numerosas tomas en las que Joe ocupaba el lugar que anteriormente habían tenido Curly y Shemp. Por otra parte la llegada de los últimos dos actores, Curly Joe y Emil Sitka, no pudo menos que acompañar el cierre de una emisión televisiva y cinematográfica protagonizada por los ya envejecidos y limitados Larry y Moe.
Pese al fin de los chiflados el programa sigue siendo emitido en numerosos países alrededor del mundo y en un sinfín de lenguas y culturas. En este sentido, el éxito ha sobrevivido a sus máximos responsables y ha provocado una vasta cantidad de alusiones en películas y series de televisión a lo largo de los años. En 1985 se rodó un largometraje llamado Stoogemania, aunque no consiguió el seguimiento esperado. Años más tarde tuvo lugar una multitud de homenajes a la memoria de los Chiflados, y hasta una recopilación de los mejores momentos del show y de sus protagonistas, con un análisis pormenorizado de la vida de cada uno de ellos.

Anécdotas
Moses Horwitz, más conocido como Moe Howard, era quizás el más astuto del grupo. Contrariamente a su hermano Shemp Howard y a su amigo de escena, Larry Fine, era dedicado al orden, al negocio y a las relaciones públicas. Siendo uno de los hijos menores de Jessup Horwitz y de su señora esposa Jenny, Moe era el protegido de su madre y el dolor de cabeza de su padre. Como bien comenta en la siguiente cita, el actor seguiría los pasos de sus dos hermanos mayores, Irving y Jack:

"Después de tres hermanos, yo tenía que ser una niña...de todas formas mi madre siempre decía que era un bebé precioso, y que acabaría por ser el más inteligente".

Luego, habla de su hermano Samuel (Shemp) y lo describe como "un llorón", inquieto, haragán y revoltoso. A la hora de trabajar, siempre sufría de alguna convalecencia.
De forma novedosa, Moe diseñó su propio estilo de peinado para escapar del look afeminado que su madre le imponía, y que le era merecedor de burlas en el colegio. No menos llamativos eran los letreros que pegaba en su frente para que su hermano Curly memorizara el guión durante el rodaje. Shemp, por otra parte, era paranoico y reacio a conducir en coches o incluso a viajar en ellos.
Como último detalle, Moe portaba siempre un libro donde anotaba los golpes o accidentes que se registraban en cada episodio de la serie. Este hecho despertaba a menudo las quejas y chirridos de su madre, una mujer de carácter y personalidad fuerte e incapaz de aceptar la profesión de sus hijos.



Apodo Nombre real Nacimiento Fallecimiento Años como integrante
Moe Howard Harry Moses Horwitz 19/06/1897 04/05/1975 1922-1926, 1929-1971
Larry Fine Louis Feinberg 05/10/1902 24/01/1975 1925-1926, 1929-1971
Curly Howard Jerome Lester Horwitz 22/10/1903 18/01/1952 1934-1946
Shemp Howard Samuel Horwitz 04/03/1895 22/11/1955 1922-1925, 1929-1932, 1947-1955
Joe Besser Joe Besser 12/08/1907 01/03/1988 1955-1958
Curly Joe DeRita Joseph Wardell 12/07/1909 03/07/1993 1958-1971



La vida es difícil y no basta con ser gracioso


Gary Wayne Coleman (8 de febrero de 1968, Zion, Illinois, US - 28 de mayo de 2010, Provo, Utah, US) fue un actor estadounidense que obtuvo fama y reconocimiento en su niñez.

Nació con una enfermedad congénita del riñón que terminó causándole nefritis (una destrucción autoinmune del riñón), hecho que detuvo su crecimiento a una edad temprana llevándolo a desarrollar una estatura pequeña: 1,40 m (4' 8") lo que se convirtió en su característica más distintiva. Coleman tuvo dos trasplantes de riñón, uno en 1973 y otro en 1984, y requería diálisis constante.
Durante los ocho años de emisión del sitcom estadounidense Blanco y Negro (Different Strokes) ("Arnold", en Colombia, España y Uruguay), fue visto por millones de televidentes en todo el mundo de la década de los 80, siendo uno de los más vistos en la historia de la televisión; su personaje se caracterizaba por la famosa línea que era "¿De qué estás hablando, Willis?" o "Kimberly" según el caso de quien se tratase.("what'chu talkin' 'bout, Willis?") Gracias a esta fórmula que causaba simpatía, Coleman fue una figura popular, protagonizando algunos largometrajes y películas de televisión incluyendo On the Right Track, y The Kid With the Broken Halo. The Kid With the Broken Halo finalmente sirvió como la base para que Hanna-Barbera produjera la serie animada The Gary Coleman Show de 1982.
En el punto más alto de su fama con Blanco y Negro, Coleman ganaba U$S 70,000 por episodio que cobraban sus blancos padres adoptivos, de profesión cristianos fundamentalistas y sumamente exigentes con el pequeño que se había convertido en una mina de oro bendecida por el Señor... Como creció, aun a pesar de su problema, el favor del público no siguió acompañándolo, porque no es lo mismo un negrito gracioso que un enanito con barba que se asoma. Después de la cancelación del show que le llevó a la cima, su carrera artística decayó repentinamente, y nunca pudo recuperarla ni siquiera en los últimos tiempos en los que todo el mundo sabía de sus dificultades. Para colmo, los buenos cristianos de sus padres adoptivos misteriosamente perdieron todos los ahorros (quizá hayan dejado de pagar con puntualidad los diezmos y el Señor se irritó con ellos) y el muchacho debió ganarse la vida como parking-boy tratando de ejercer su seducción de niño para aumentar sus propinas. Coleman volvió por un tiempo a ser famoso cuando demandó a sus padres adoptivos y a su manager por la apropiación indebida de su fondo fiduciario de U$S 9,5 millones, de los que recibió U$S 1.280.000 con el fallo del 23 de febrero de 1993. El origen del pleito era que sus padres en connivencia con su representante habían utilizado el fondo del fideicomiso para ellos mismos, dejando en el banco solamente $60.000 para quien producía el dinero. En 1999 Coleman se declaró en bancarrota y atribuyó sus problemas financieros a la mala gestión de sus fondos.
Estuvo casado con la pornostar Mary Carey unos meses, debido a que ella lo demandó por abuso y maltrato.
Falleció el 28 de mayo de 2010 luego de varios días en coma tras una caída en su casa que le provocara una hemorragia intracraneal. Tenía tan sólo 42 años.

Viaje al corazón de los "gauchos judíos"


POR DIEGO VALENZUELA

Quien visite en Entre Ríos las colonias levantadas en las tierras del barón Hirsch, a fines del siglo XIX, encontrará sinagogas, casas y estaciones de trenes convertidas en museos y cuidadas por descendientes de quienes llegaron huyendo de pogromos.
Sentía mucha curiosidad por recorrer las huellas de las colonias judías de Entre Ríos, inmortalizadas por Alberto Gerchunoff en el célebre libro Los gauchos judíos . Ya no hay rastros de Rajil, la aldea en que situó su relato, pero de otros pueblos quedan numerosos y valiosos vestigios. El de Gerchunoff fue un texto de gran impacto en el siglo XX, al punto de convertirse en una exitosa película de la mano de Juan José Jusid, en 1975. "Los judíos sembraron trigo y cosecharon doctores", dice Nito Gorskin con una sonrisa, para explicar por qué las colonias fueron desapareciendo progresivamente durante el siglo pasado. Nito es hijo y nieto de colonos, y hoy está dedicado a mantener viva la memoria desde el Museo Judío de Concordia.
"Los gauchos judíos" fue un texto elaborado en tiempos del Centenario con la idea de proyectar la asimilación del inmigrante judío en la cultura nacional. Su recorrido idealiza la gesta de aquellos colonos que, escapando de las agresiones (pogromos) en la Rusia zarista de fines de siglo XIX, crearon desde cero sus aldeas en tierra entrerriana. En el libro de Gerchunoff las miserias se sobrellevan con hidalguía y el resultado del esfuerzo es la argentinización del colono. En cambio, existen otros textos sobre el mismo tema que develan el costado traumático de la experiencia, que no tuvo un tránsito ni un final necesariamente felices. Los tres volúmenes del libro de Marcos Alpersohn "Colonia Mauricio" son un ejemplo de esto.
Con estos textos en mente, el plan era aprovechar la última Semana Santa -en familia y con amigos-, para recorrer las colonias y hablar con la gente que conoce aquella historia de primera mano. Villa Clara, Villa Domínguez y Basavilbaso son los tres ejes principales de un recorrido por el centro rural de la provincia de Entre Ríos. Allí compró el barón Mauricio de Hirsch unas 270.000 hectáreas para su emprendimiento colonizador.
Sólo calificaban para convertirse en colonas las familias con al menos dos hijos varones, aunque muchos se sacaban años o anotaban como varón a una hija mujer, para poder ingresar. Se les entregaba un terreno para una casa, más una parcela de campo sin ningún tipo de infraestructura (desde 50 a 150 hectáreas, según la conformación familiar) Al comienzo la obtención de tierras fue sencilla, pero con la muerte de Hirsch y de su mujer, Clara Bischoffsheim, en 1896 y 1899 respectivamente, las condiciones establecidas por los administradores de la Jewish Colonization Agency se endurecieron.

Concordia

La primera escala de nuestro periplo fue Concordia, donde se erige el Museo Judío de Entre Ríos. Es jueves por la tarde y Nito Gorskin nos recibe con la calidez del hombre de campo. Nacido y criado en la colonia Santa Isabel, autor de un texto de historia oral (Querencia), es hijo y nieto de colonos judíos; su padre David Gorskin escribió -en idish - el libro Memorias de Santa Isabel .
Recorremos con su ayuda el museo, una casona restaurada que perteneció a Víctor Oppel, un sobreviviente del Holocausto. Fotos, objetos, documentos y otros materiales nos permiten acercarnos a la historia de aquella colonización que empezó con la llegada de un grupo de familias originarias de Rusia en el vapor Pampa en 1891. Nito nos explica por qué los judíos vinieron a esta tierra: debido a los acosos y persecuciones que sufrían en "La Zona" que el Zar destinaba para aislar a los judíos, y gracias al apoyo del Estado argentino, ávido de capitales y de inmigrantes.
Es viernes por la mañana y vamos hacia Villa Clara, que fue la mayor de las colonias con sus 80 mil hectáreas, y cuyo nombre es un homenaje a la mujer del barón Hirsch. Los primeros judíos llegaron en 1892 y hoy quedan allí unos treinta hogares de la colectividad. Rápidamente comprobamos que en el pueblo -una de las aldeas de la antigua Colonia Clara- se cruzan las calles barón Hirsch y San Martín, simbólicamente los próceres de la nación y de la patria chica de aquellos gauchos judíos . Marta Muchinik nos acompaña sumando comentarios reveladores. Visitamos el cementerio, a unos kilómetros por un camino de tierra, y luego la joya del lugar, la sinagoga Beth Jacob, construida entre 1911 y 1917. Es un templo reformista -restaurado en 2004- en el que las mujeres tienen una participación dominante.
Unas cuadras más allá vemos cómo han convertido la vieja sinagoga del pueblo (de 1905) en un shule o escuela hebrea, al que concurren unos diez niños. Es una construcción modesta con canchita de fútbol. Nos reciben con amabilidad y pasión a la hora de contar el pasado. Almorzamos unos espléndidos varenikes de papa con salsa de tomate, mientras se cuentan historias de la colonización condimentadas por los chistes de Abraham, el carnicero del pueblo desde hace veintitrés años.
El Museo Histórico de Villa Clara está en la estación ferroviaria, casi abandonada a pesar de que últimamente ha pasado el célebre tren Gran Capitán. Cuando se acerca, dos veces por semana, hay que avisarle al maquinista con la mano para que se detenga. Allí vimos que un joven de Buenos Aires contemplaba el vestido de novia de su abuela, expuesto en el Museo. Cuentan los pobladores que para mantener el edificio en condiciones no reciben ayuda de las instituciones comunitarias, y que sólo dependen del turismo cultural como fuente de ingresos. Por ello dudan del sostenimiento del museo en el futuro.
Seguimos por el camino de ripio custodiado por la soja rumbo a Villa Domínguez. Es notable el contraste entre bonanza y atraso: el precio del cultivo por las nubes y caminos que se parecen demasiado a los del siglo XIX.

Villa Domínguez

Las distancias son cortas pero es necesario conducir con cuidado. El ripio es traicionero. Pasamos por otro cementerio judío (Colonia Carmel) y cruzamos el pueblo que lleva el nombre del ingeniero Miguel Sajaroff, en el que destaca la sinagoga. Unos kilómetros más y llegamos a destino. A diferencia de muchos pueblos del interior, en Villa Domínguez la iglesia católica está en las afueras y la sinagoga frente a la plaza principal, junto al Hospital Noé Yarcho (el llamado médico de los pobres, pionero del cooperativismo) El pueblo está estrenando su primera calle asfaltada, la avenida San Martín, sobre la que se encuentra el galpón de los inmigrantes y el museo.
La vieja farmacia de la aldea convertida en Museo y Archivo Histórico cuenta la historia de todas las colonias judías del país. Osvaldo Quiroga, quien lo dirige en solitario, nos cuenta que un día se estacionó un auto y bajó un hombre con una señora mayor. Era un argentino residente en Estados Unidos, Gabriel Butensky, acompañado de su madre, quien se encontró en el museo con las fotos de sus abuelos colgadas en la pared. Ese hecho llevó a Butensky a convertirse en mecenas del museo.
Quiroga es el hacedor de este reservorio de memoria: hace veintitrés años que junta material sobre las colonias. Si alguien pregunta por los orígenes de su apellido, le dedica tiempo a hurgar en los registros hasta encontrar a los colonos. "Cuando alguien distinguido se aparecía en el pueblo -nos relata Osvaldo-, todos pensaban que era Hirsch. Esa fantasía los acompañó siempre, hasta la muerte del barón, que nunca vino."
Domínguez fue zona fértil para las ideas socialistas y cuna del cooperativismo, que se desarrollaron para combatir los manejos de las empresas cerealeras y a los contratos leoninos. Los intelectuales en Villa Domínguez dejaron huella, como César Tiempo, Samuel Eichelbaum o Alberto Gerchunoff. Las tres hermanas Chertkoff se casaron con notorios dirigentes del socialismo (Justo, Dickman y Repetto) Al salir, pasamos por la pequeña casa en la que vivió sus últimos años el máximo impulsor del cooperativismo en la zona, el ingeniero Miguel Sarajoff.

Basavilbaso

Luego de hacer noche en Villaguay, el accidentado camino nos propone una imagen de otro tiempo, salvo por alguna pick-up que se cruza en el camino. De paso hacia Basavilbaso encontramos a la Colonia San Gregorio, con su sinagoga y el cementerio donde yacen los restos de Sajaroff.
El tren llegó en 1887 y las primeras familias judías en 1894. El pueblo tiene una particularidad: no cuenta con una plaza principal alrededor de la cual se organiza la vida comunitaria; el centro es la estación del ferrocarril y los edificios públicos se encuentran desperdigados. "Baso", como le dicen sus habitantes, fue un centro crucial en materia ferroviaria, por donde pasaban vías de norte a sur y de este a oeste (del Uruguay al Paraná). Hoy cuenta con unos diez mil habitantes y "vive de la soja", según explican los lugareños.
Este lugar fue epicentro de la Colonia Lucienville, bautizada así como homenaje al hijo de Hirsch, Lucien. Aquí se fundó la primera cooperativa agrícola del país, en 1900. En la ciudad hay dos sinagogas importantes, una de ellas fundada por artesanos y trabajadores con la idea de diferenciarse de los que iban al templo original.
Nos reciben en la Asociación Israelita con knishes y gefilte fish, y comprobamos que en estos pagos se veneran mucho más que en Domínguez la historia del Estado de Israel y el sionismo. En sus paredes conviven retratos de Urquiza y Sarmiento con imágenes de líderes israelíes. Nora Fistein es profesora de historia y directora de una escuela secundaria: sus comentarios nos permiten interpretar los matices entre las colonias.
Domínguez tenía la impronta de los judíos intelectuales que adhirieron a las ideas socialistas; Basavilbaso aparece más conservadora. "En Domínguez se leía más el Zeitung; en cambio, en Baso predominaba el Die Presse", explica Nora, haciendo referencia a dos periódicos escritos en idish de distinta orientación ideológica que se editaban en Buenos Aires y de los que se imprimían boletines en las colonias. En la actualidad existen unas cien familias judías en la ciudad y, en general, los jóvenes emigran una vez que terminan el secundario.
Lucienville tenía cuarenta mil hectáreas de campo y cuatro aldeas, todas con similar conformación: una calle principal, y sobre ella las casas de los colonos, la escuela, la sinagoga y más allá el cementerio. Una de ellas, Novibuco 1, se conserva casi con su configuración original. Se trata realmente de un sitio imperdible: puede visitarse la única sinagoga rural que queda en pie -construida en 1895, con un sector separado para las mujeres-, la escuela, el cementerio y una casa de la época de los colonos que perteneció a las familias Efrom y Borodovsky. En ese lugar vivió de niña Paloma Efrom, más conocida como Blackie, la animadora y productora de televisión oriunda de Basavilbaso y cuyo padre fue el director de la escuela de la colonia.
"Mi lema es sólo de rodillas ante la inteligencia." Son palabras de Blackie que se leen en un cartel colocado en la entrada de la modesta construcción. Se conservan la estructura original de la casa, sus muebles, libros escolares en idish, fotos de sus propietarios, documentos, vajilla y utensilios de cocina, incluso la mesa puesta. Salomón Borodovsky se ocupó de preservar este valioso patrimonio. A partir de los años cincuenta y especialmente luego de los sesenta, la colonia languidece y Basavilbaso emerge sobre los restos de Lucienville. Más de 30 mil colonos vivían en estas aldeas entrerrianas hacia 1910. Sus huellas están ahí, a la mano de cualquier viajero curioso.

DIARIO LA NACIÓN
SECCIÓN ADN-CULTURA.COM

Blackie


Nació con el nombre de Paloma Efrom en el seno de una familia judía en Colonia Novibuco, cerca del pueblo Basavilbaso (en la provincia de Entre Ríos), una de las numerosas colonias de inmigrantes judíos en esa provincia argentina.

Cuando Paloma tenía cinco años, la familia se trasladó a Buenos Aires y al finalizar la escuela primaria creyó que su vocación era la química. Siendo estudiante aventajada de esta ciencia, por necesidades familiares entró a trabajar como bibliotecaria en el Instituto Cultural Argentino-Estadounidense. Allí se apasionó por el blues y el jazz y poseedora de una buena voz decidió empezar a cantar, lo que le permitió no sólo actuar con continuidad en la radio, sino también entrar en los círculos intelectuales y ganar nuevos espacios. Por cuidar a su madre gravemente enferma tuvo que dejar de estudiar a nivel formal, aunque aprendió a dominar el inglés, el francés, el italiano, el portuguésy el alemán, y perfeccionó el hebreo y el yiddish, dos lenguas que manejaba su familia coloquialmente.

Cantante aficionada, en 1934 (es decir, a los 21 años de edad) se presentó al concurso de Radio Stentor y ganó cantando Stormy weather. El empresario Jaime Yankelevich le ofreció un contrato para cantar tangos, pero ella continuó con el jazz. Su padre, que era maestro de escuela, la impulsó a ir a Estados Unidos para estudiar jazz y profundizar en la cultura afroamericana que la apasionaba, diciéndole: «Usted es una mentirosa, porque canta el folclore de un pueblo que no conoce: ¡vaya y aprenda en serio!».

Allí vivió siete años. Estudió Antropología en la Universidad de Columbia, y trabó relación con figuras como Marian Anderson, Louis Armstrong, Duke Ellington, Count Basie y Ella Fitzgerald.

Puede decirse con total justicia que fue una de las pioneras en la introducción racional de la cultura afroamericana en Argentina.

Regresó a Buenos Aires ya con el seudónimo Blackie (‘negrita’) y trabajó en el Teatro Maipo con el capocómico Pepe Arias. Allí conocería a quien sería su marido durante diez años, el escritor Carlos Olivari. En 1952 cantó en el Tropicana y comenzó a interesarse por la radio y por la innovadora televisión. Inició su legendaria carrera en la radio con programas como “La historia del jazz”, “Prensa visual”, “El show de las estrellas”, “Volver a vivir”, “Derecho a réplica”, “La mujer”, “Tarde, bien tarde”, “Diálogos con Blackie”, “La mujer y la tarde”  y otros.

En televisión fue la decana de las periodistas en vivo, con “Cita con las estrellas”, que la llevó a dirigir el Canal 7 con Cecilio Madanes. Se dedicó a la producción integral de programas tan dispares como “Odol Pregunta” y “Titanes en el ring”, el legendario espectáculo de la troupe encabezada por Martín Karadagián. Su instinto y generosidad la llevaron a impulsar varias carreras, entre ellas las de Tato Bores (showman y humorista político), María Herminia Avellaneda (directora de cine y tv), Bernardo Neustadt (periodista), Los Huanca-Huá (grupo folclórico), Marikena Monti (cantante), Susana Rinaldi (actriz de conservatorio y luego notoria cantante de tangos), Carlos D'Agostino y Roberto Galán (conductores de televisión)

Su programa más famoso fue “Volver a vivir” (la versión argentina del programa de la televisión estadounidense This is your life)

Fue internada de improviso a causa de una úlcera estomacal, pero después de la operación sufrió un infarto irrecuperable. Murió el 3 de setiembre de 1977, a los 64 años de edad en Buenos Aires.

Desde junio de 1997 una plazoleta en Buenos Aires lleva su nombre. En la inauguración, Bernardo Koremblit expresó: “(Blackie) Tenía un talento y una inteligencia inusuales,  así como un carácter estricto, fruto de su enorme sabiduría”.

Airiños levaime a ela...

El traje tradicional gallego puede dividirse en dos grandes tipos de trajes: el de Couto y el de Gala. Sin embargo, las piezas son las mismas, cambiando solamente el tipo de tela, los colores y la riqueza de sus complementos.

Boda con trajes tipicos

Boda con trajes tipicos (Gentileza de Francisco J. Rodríguez Parada)

Para las mujeres (completo)

1.CABEZA: Se puede cubrir con una cinta, chapeu, cofia o paño de cabeza.
2.EXTREMIDAD SUPERIOR: Se cubren con una blusa, chambra o chaqueta, corpiño, luego un dengue, gravata, corset y un paño para el cuello,
3.EXTREMIDAD INFERIOR: Se utilizan las baixeiras, medias, faldriqueiras, enagua(s), falda, , lella, mandil, mantelo, picote, pololo, calzas, refaixo, sabelo, sai, vasquiña, zagal.
4.SOBRETODO: Para cubrirse del frío se usan capas, capotes, mantela, manteleta, mantillica, manto, mantón, parlamenta, tocas.
5.PIES: Se calzan con zocas, zocos y tamancas.

Traje de mujer vista de frente

Traje de mujer vista de frente (Extraído del Museo do Pobo - Santiago de Compostela)

Traje de mujer vista posterior

Traje de mujer, vista posterior (Extraído del Museo do Pobo - Santiago de Compostela)

Para los hombres (completo)

1.CABEZA: Existen la monterira, el chapeu, el paño, el pucho, la pucha, el sombrero
2.EXTREMIDAD SUPERIOR: Se utilizan la almilla, la camisa, chaleco, chaqueta, chaqueta de abrigo, faixa, xibón.
3.EXTREMIDAD INFERIOR: Calzas, calzón, cirolas, pantalóns, zagóns (es)carpíns, faldriqueira, alxabeira, medias, (pau de) moca, varapao, aguillada, pano, pano da faldriqueira.
4. PIES: Polainas, zuecos, zapatos, tamancas o zamancas, galochos, cigarrón, felo, botas, mázcara, vergalleiro, careto, vellarrón.


Desfile de trajes gallegos con 200 años de historia María Jesús Reboredo muestra sus joyas en el centro Rocha Vella, muchas piezas las ‘rehabilitó’ a mano.

ÁNGELA ARES SANTIAGO
La inauguración de la colección de trajes gallegos prosiguió con  un desfile por Rocha Vella FOTO: A. Hernández
La inauguración de la colección de trajes gallegos prosiguió con un desfile por Rocha Vella
FOTO: A. Hernández









A los dos años sus padres ya la vestían con el traje típico gallego. Después, ella vistió a sus hijas, nietos e incluso a su biznieto.

Durante más de cuatro décadas María Jesús Reboredo ha bebido de las fuentes literarias y ha viajado a mil y un rincones de Galicia para recabar información sobre esta vestimenta y también para hacerse con una colección en la que no faltan joyas que datan de hace doscientos años.

La pintora compostelana María Jesús Reboredo inauguró ayer en el centro sociocultural Rocha Vella su colección de trajes compuesta por cerca de cuarenta piezas, de gala y cotío, de niños y adultos. Tras el acto, tuvo lugar un desfile donde se pudo comprobar la belleza de unas prendas que "forman parte de mi vida", según explica esta pintora y maestra jubilada que, a mediados de los años 60, fundó la Asociación de Amigos del Traje Gallego.

"Muchos de los trajes los cosí yo misma y otros los completé porque al ser antiguos les faltaba algún detalle, como abalorios o piezas de azabache". Esta restauración, hecha con mimo y mucho trabajo, no le ha quitado tiempo a esta infatigable artista para escribir un libro -evidentemente sobre la tradición del traje gallego- que se titula Lévote no corazón, y que también presentó ayer.

Además de los trajes, en la colección no faltan todos los detalles como son las joyas en plata y azabache, "algunas de ellas, con muchos años de antigüedad, que he recuperado tras varias herencias de madres a hijas".

Con el perfume de las cosas simples y trágicas


Washington "Bocha" Benavides, uno de los poetas orientales más apegado a estas bandas y a sus tradiciones,
ha cumplido 80 años rodeado de su gente y amigos.
Brindo por muchos años más, Bocha, para que continúes siendo un faro de guía
y certezas desde ese tu Tacuarembó que ha dado tantos valores a la patria.
Para ti, una de tus más bellas facturas.

"Dijo el muchacho a la moza:
desde el comienzo te vi;
en el sueño, en la vigilia,
como un jazmín del país.
Perfume de la alta noche,
pequeña flor constelada,
en el patio con aljibe
y en mi corazón, guardada.
Yo me voy con Aparicio,
sé que otra divisa labran
tus manos, y llevarán
los varones de esta casa.
Yo me voy con Aparicio,
pero mírame a la cara,
que lo que voy a decirte
se dice una vez, y basta.
Sólo una cosa podría
detenerme: una palabra.
Di que me quede y me quedo,
jazmín del país, muchacha.
Ella lo miró a los ojos,
pero no le dijo nada,
y nada dijo después,
cuando él cayó con Saravia.
Perfume de la alta noche,
pequeña flor constelada,
en el patio con aljibe
y en mi corazón, guardada".

Cómo viste una bahiana: signo y símbolo






El vestuario llamado de bahiana es una indumentária tradicional, y es la misma ropa usada en los terreiros de candomblé. Existen ropas para todas ocasiones. La ropa de ração es la más simple, mientras que las ropas hechas con bordado Richelieu pueden costar alrededor de quince mil reales. Este vestuario puede tener un color especial cuando se trata de bahianas de eventos turísticos. La de la bahiana de Escuela de Samba es un caso aparte, pues se trata de una idealización del modelo tradicional, con el color y el estilo de acuerdo con el enredo de la escuela ese año, así como las del Maracatu en el Nordeste.

La ropa de ração es la ropa usada diariamente en una casa de candomblé. Son ropas más bien simples, hechas de morim o cretona. Tanto pueden ser de color como blancas, dependiendo de la ocasión en la roça de candomblé. Componen el juego: saia (axó) falda de poco ruedo para facilitar los movimientos, el singuê (especie de chal amarrado en el pecho que sustituye al corpiño), camisú o camisa de mulata, generalmente blanca y adornada con puntillas y bordados, calçolão (especie de bermuda amarrada por un cordón en la cintura, y un poco ancha para facilitar los movimientos y proteger el cuerpo en caso que sea necesario sentarse en el suelo), pano da costa y el ojá, tira de paño que se amarra a la cabeza formando un turbante.

El axó tiene una presencia muy grande en el rito jeje, pues la ropa habla con un lenguaje de simbolismo muy especial, ya que además de lo ético y moral, los axós dan a las mujeres cuenta de su posición dentro de la casa. Es hermoso notar la sencillez y la reverencia que estas ropas expresan en su apariencia y modo de ser: ¡respeto por encima de todo! Las mujeres del jeje -y especialmente las del jeje mahin- componen su vestuario con singuê, xokotô (especie de calza, también llamado "cauçulu"), falda por encima y camisu rendado.

El vestuário de una iyalorixá es diferente al usado por las equéjis e iawôs, y se caracteriza por el uso de la "bata" -que es usada por fuera de la falda y con el camisu por debajo- que en las casas tradicionales solamente ella puede usar. Obviamente ella puede permitir a sus hijas egbomi -más antiguas- usar esta vestimenta también, pero jamás concederá el uso de la bata a una equéji, a una iawô o a una abiyan.

La bata es símbolo del cargo o puesto dentro de la jerarquía del candomblé. El paño de la costa, o aláká, doblado sobre el hombro también tiene su significación: es un símbolo del cargo, pues las iawô lo usan amarrado en el pecho, las egbomi en la cintura y únicamente las iyalorixá en el hombro.

Normalmente, faldas y blusas con bordado Richelieu también son usadas únicamente por las iyalorixá, así como el paño de la costa o Aláká tejido como antaño en telar manual africano.

Los turbantes también llamados "torso" u ojá que son usados por todos alrededor de la cabeza, normalmente son más largos y más ornamentados -así como determinados hilos-de-cuentas cuando usados por una iyalorixá- y se considera que no pueden ser usados por personas que no tienen cargo jerárquico. El collar de segi con coral, engarzado en hilo de oro, por ejemplo, sólo puede ser usado por las iyalorixá con más de 50 años de feitura, convirtiéndose de ese modo en el símbolo de senioridad.