¿Aplanadora parlamentaria? Daniel Chasquetti explica:

Los candidatos y dirigentes del Partido Nacional han señalado durante los últimos meses que la mayoría parlamentaria del Frente Amplio empobreció el proceso legislativo y relegó al Parlamento a un papel marginal en el sistema político. El argumento sostiene que "la mayoría oficialista monopoliza la asamblea, sanciona sólo los proyectos que el Ejecutivo envía, e impide que las opiniones de la oposición sean tomadas en cuenta a la hora de la decisión".

Este razonamiento fue utilizado antes del 25 de octubre para evitar que el Frente Amplio alcanzase otra vez la mayoría parlamentaria y se repite en estos días para fundamentar la necesidad de que la ciudadanía divida al gobierno colocando a Luis Alberto Lacalle como presidente. El análisis exhaustivo de la actividad parlamentaria de este período legislativo muestra que dichas afirmaciones son equivocadas por tres razones.

En primer lugar, es falsa la acusación de que la mayoría en funciones es una aplanadora que aprueba disciplinadamente todo lo que envía el presidente. Por el contario, la evidencia muestra que no todos los proyectos de Vázquez son aprobados en el Parlamento, y entre los que sí lo logran, una buena parte sufre algún tipo de modificación en sus contenidos.

En segundo lugar, es falsa la afirmación de que la mayor parte de la legislación es aprobada con la sola voluntad del Frente Amplio. La mayor parte de la normativa se sanciona con los votos de los partidos opositores, por lo cual, el conflicto queda reducido a un grupo de normas que el partido de gobierno define como prioritarias.

En tercer lugar, es falsa la idea de que la oposición no ha tenido oportunidades. Los datos muestran que en este período los partidos de la oposición lograron los mejores guarismos desde 1990 en materia de iniciativa legislativa.

Todo esto nos conduce a la conclusión de que el proceso legislativo conducido por la mayoría frenteamplista no difiere tanto del observado en períodos anteriores. Por eso, no deberíamos preguntarnos tanto por esta mayoría legislativa (o la que vendrá el año que viene), y sí por las razones que vuelven al proceso legislativo tan estable y previsible, lo cual, en mi opinión, supone una fortaleza de la democracia uruguaya.

Desde 1995, el Instituto de Ciencias Políticas de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República cuenta con un Programa de Estudios Parlamentarios que sistematiza y analiza la información vinculada con el proceso legislativo. Estos estudios se apoyan en datos proporcionados por el propio Parlamento a través de su Sistema de Información Parlamentaria (todos los datos están disponibles en la web). La reflexión que aquí presento ha sido publicada en las sucesivas ediciones del Informe de Coyuntura del Instituto de Ciencia Política.*

¿Mano de yeso?

Entre el 1º de marzo de 2005 y el 28 de febrero de 2009 (primeros cuatro años de gobierno del Frente Amplio), el Poder Ejecutivo envió al Parlamento 545 proyectos de ley, de los cuales un 74% recibió sanción (404 leyes). Este porcentaje de aprobación puede parecer alto, pero no se aleja mucho del la tasa histórica del 67% mostrada por el Parlamento uruguayo (1985-2005). Durante el período de Lacalle (1990-1995) se aprobó un 66% de los proyectos enviados por el Ejecutivo; en el de Sanguinetti (1995-2000) un 67%; y en el de Batlle (2000-2005) un 68%. O sea, pese a contar con un partido mayoritario extremadamente disciplinado, la eficacia del Ejecutivo de Vázquez en la arena legislativa fue apenas superior a la de sus “débiles” antecesores.

Por otra parte, no todos las normas iniciadas por el Ejecutivo de Vázquez permanecieron inalteradas al final del trámite legislativo. Un 31% de las mismas (124 en 404) sufrió algún tipo de modificación, ya sea en las comisiones parlamentarias, ya sea en el pleno de alguna de las cámaras. Este guarismo es sensiblemente superior al observado en períodos anteriores: durante el gobierno de Lacalle, el Parlamento modificó un 19% (66 en 352); en el de Sanguinetti un 11% (38 en 340); y en el de Batlle, un 15% (58 en 399). Por tanto, pese a contar con un partido mayoritario extremadamente disciplinado, Vázquez fue el presidente al cual el Parlamento le modificó más proyectos desde por lo menos 1990.

Si el Frente Amplio es un partido mayoritario y si su disciplina ha sido perfecta (votó siempre unido) ¿por qué razón permitió que uno de cada tres proyectos del Ejecutivo que recibió sanción fuera modificado en sus contenidos? El análisis de este grupo de normas muestra que el 47% de las modificaciones responde a las diferencias internas del partido de gobierno, en tanto que el 53% restante, obedece a los acuerdos alcanzados con los partidos de la oposición.

Si realizamos el mismo examen con las normas modificadas del Ejecutivo de Batlle , encontramos que sólo un 29% de los cambios responden a diferencias en la coalición de colorados y blancos, y un 71% a los acuerdos con la oposición frenteamplista. Como podrá apreciarse, la diversidad de preferencias en materia de políticas existente el seno de la bancada frenteamplista le infligió a Vázquez costos mayores de tramitación. La coalición de Batlle, en cambio, era más homogénea en materia de preferencias, por lo cual el costo de pasar legislación fue sensiblemente menor.

No obstante, las cifras también muestran que un quantum importante de las modificaciones parlamentarias permitió la incorporación de los puntos de vista de la oposición en el producto final. En números absolutos, el período de Vázquez presenta el mayor volumen de cambios con el fin de cumplir ese objetivo (66 leyes modificadas para incorporar a la oposición contra 41 del período de Batlle).

¿Desacuerdos?

Empecemos con una constatación que pocos mencionan: la mayor parte de la legislación aprobada en este período contó con el voto unánime de todos los partidos. De las 605 leyes aprobadas, 417 fueron votadas por unanimidad (69%). Esa proporción está muy próxima al promedio histórico del Parlamento uruguayo, o sea, 71% durante el lapso 1985-2004.

En el período de Lacalle la proporción de leyes votadas por unanimidad fue del 67% (396 en 591); en el de Sanguinetti fue del 71% (367 en 534); y en el de Batlle, del 75% (461 en 627). Por tanto, el conflicto está concentrado en una proporción menor de leyes (1 cada 3 sancionadas) que el gobierno de turno suele considerar como prioritarias. En todos los períodos se destacan las leyes presupuestales (Presupuesto quinquenal y rendiciones de cuentas), algunas controvertidas pensiones graciables, y ciertas leyes de carácter administrativo que dan nombre a centros educativos, hospitales, etc.

Durante el gobierno de Lacalle las principales leyes que recibieron votaciones divididas fueron la ley de Ajuste Fiscal, la ley de Privatización de las Empresas Públicas, la ley de Desmonopolización de los Seguros, etc. Durante el gobierno de Sanguinetti, el Ajuste Fiscal inicial, la Reforma de la Seguridad Social, la ley de Protección de Inversiones, la Derogación del Monopolio de Alcoholes, etc. Durante el gobierno de Batlle, la primera y segunda ley de urgencia, el IVA a las frutas y verduras, la creación del COFIS, etc. Durante el gobierno de Vázquez, las principales leyes de votación dividida fueron la ley de cárceles, la reforma tributaria, la reforma educativa, la ley de libertades sindicales, la creación del Sistema Integrado de Salud, el Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social, etc.

¿Me dejás un poquito?

La afirmación de que los partidos de la oposición no han tenido chance para legislar es parcialmente falsa. Es cierto que cuando existe una mayoría legislativa favorable al gobierno, disminuye drásticamente la posibilidad de los partidos opositores para influir en la legislación final. Y esto se debe a a un hecho más que obvio. Para que un proyecto de ley opositor pueda ser sancionado, se requiere necesariamente la voluntad de los legisladores de la mayoría. Por esta razón, el volumen de leyes iniciadas por la oposición constituye, en cierto modo, una prueba del grado de apertura de la mayoría legislativa hacia la oposición. Entre 1990 y 1995, cuando gobernaba Lacalle, los partidos de la oposición (Frente Amplio y Nuevo Espacio) lograron sancionar 29 leyes de su autoría. En el siguiente período de gobierno (1995-2000), ambos partidos lograron imponer tan sólo 10 leyes. Durante el mandato de Batlle, estos partidos aumentaron su rendimiento a 48 leyes. Pero en el período actual, controlado por la supuesta "aplanadora parlamentaria", la oposición, ahora compuesta por colorados y blancos, consiguió sancionar 63 leyes en los primeros cuatro años de gobierno. Desde esta perspectiva, el grado de apertura de la actual mayoría legislativa parece ser bastante mayor al de las anteriores. Lo curioso y ta vez paradojal es que los legisladores y candidatos que se quejan del Frente Amplio, son los que antaño bloqueaban e impedían una mayor participación de la oposición.

El poder de las instituciones

La información anterior estimula la reflexión sobre una serie muy amplia de asuntos. En esta parte final de la columna, me gustaría detenerme en la existencia de una gran estabilidad en el proceso legislativo uruguayo. Las cifras muestran que el gobierno de tal o cual partido no parece hacer una difrencia sustantiva, pues los resultados tienden a ser parecidos en términos cuantitativos.

Otros datos como la iniciativa por poder de las leyes sancionadas (6 de cada 10 son iniciadas por el Ejecutivo entre 1985 y 2008), la iniciativa de los pedidos de informes (7 de cada diez son iniciados por la oposición), o el número y la evolución de los llamados a sala y en régimen de comisión general a los ministros (unos 40 por período, con la excepción del de Batlle donde la cifra supera los 70), prueban que el conjunto de reglas que ordena la relación entre poderes tendría más influencia en la explicación de los resultados que la propia ideología de los actores partidarios. Desde el punto de vista del funcionamiento parlamentario, daría igual que gobierne la izquierda, la derecha o el centro, porque en esencia el volumen o las proporciones de los productos legislativos no reporta ninguna novedad. La diferencia en todo caso reside en los temas priorizados por cada partido y las preferencias ideológicas expresadas en la propia redacción de las leyes.

¿Cuáles son entonces las reglas que favorecen la estabilidad de los resultados? Ya lo hemos escrito en numerosas ocasiones: i) las prerrogativas constitucionales del Poder Ejecutivo (iniciativa presupuestal, iniciativa exclusiva en ciertas áreas para iniciar legislación, veto parcial y total, leyes de urgente consideración, etc.); ii) las normas internas del parlamento que favorecen el control de la agenda a la mayoría en funciones (mayorías exigidas para votar y para hacer quórum, estructura de cargos en el pleno y comisiones, mecanismos de asignación de legisladores a las comisiones, etc.); y iii) la existencia de una mayoría legislativa favorable a impulsar y tramitar la agenda del presidente.

Cuando se cumple el tercer requisito, los dos primeros funcionan a favor del Poder Ejecutivo. Por esta razón la existencia o no de una mayoría legislativa es un factor sustantivo para el normal funcionamiento del proceso legislativo. Por todo esto, debemos rechazar la tesis de la aplanadora legislativa. O ésta no existió nunca o en definitiva, siempre existió y no nos dimos cuenta. Es cierto que estamos en campaña electoral y que los candidatos para conseguir votos a veces exageran sus opiniones. Sin embargo, no podemos aceptar que la realidad se altere con discursos de barricadas ni se caricaturice el funcionamiento de las instituciones. Ambas son tentaciones electorales peligrosas sobre las cuales no se debería avanzar.

16 de Noviembre de 2009

* El Informe de Coyuntura es una publicación anual del Instituto de Ciencia Política (FCS-UDELAR), coordinada por el Prof. Gerardo Caetano.

Volúmenes editados:

- “Encrucijada 2010. La política uruguaya a prueba”. Informe de Coyuntura Nº9. Montevideo, Fin de Siglo 2009.

- “Encrucijada 2009. Informe de Coyuntura N°8”. Montevideo, Fin de Siglo, 2008.

- “La hora de las reformas. Informe de Coyuntura N°7”. Montevideo, EBO, 2007.

- “¿Y ahora? El primer ciclo del gobierno de izquierda. Informe de Coyuntura N°6”. Montevideo, EBO, 2006.

- “La política en el umbral del cambio. Informe de Coyuntura N°5”. Montevideo, Trilce, 2004.

- “Entre la cooperación y la competencia. Informe de Coyuntura N°4”. Montevideo, Trilce, 2003.

- “Otro país. Informe de Coyuntura N°3”. Montevideo, Trilce, 2002.

- “La crisis. Informe de Coyuntura N°2”. Montevideo, Trilce, 2001.

- “A un año de gobierno del Presidente Batlle”. Informe de Coyuntura N°1. Montevideo, Trilce, 2001.

¡Los morochos son "extranjeros"! Ergo, somos todos rubios, arios...

Penadés sobre los spots del PN

Lo esencial es invisible al spot

El jefe de campaña del Partido Nacional Gustavo Penadés, reconoció que no sabía que los spots de Francisco de Narváez eran tan similares a los del PN y que usaban los mismos actores, pero destacó que “lo importante es el mensaje”.

Tras las declaraciones de Luis Alberto Lacalle y Jorge Larrañaga sobre la polémica de los nuevos spots del Partido Nacional, el jefe de campaña Gustavo Penadés también se refirió públicamente a los mismos.

En declaraciones que recogió Canal 12, Penadés afirmó que lo importante de estos spots es “el mensaje”. “Se nos ofreció un producto, en total dos spots, pero lo fundamental no son los modelos sino sus mensajes. Nos quedamos con que la gente apreciara el fuerte contenido emocional de los discursos de Lacalle y Larrañaga”, afirmó. “Confieso francamente que no conocía la similitud de las campañas y que eran los mismos actores”, reconoció luego.


Previa de la polémica

En el día de ayer compárabamos los nuevos spots del Partido Nacional con los de Francisco De Narváez, destacando las similitudes de las dos piezas publicitarias y dejando de manifiesto que en algunas de las imágenes aparecían los mismos actores. En ambos casos –las piezas de Narváez y Lacalle- se ve a varias personas escuchando las palabras de los candidatos, con música emotiva de fondo.

En el día de hoy, Luis Alberto Lacalle y Jorge Larrañaga fueron invitados al informativo matutino de Canal 4 y fueron consultados por el periodista Daniel Castro al respecto de este punto. Castro preguntó al candidato nacionalista si no era engañoso usar actores que en realidad no estaban escuchando las palabras de Lacalle. El candidato blanco, visiblemente molesto, replicó: “Yo compro un producto, yo no sé de dónde salen las imágenes (…) yo lo contrato. Ahora, dónde lo filmó el señor, yo no sé, no estoy atrás de eso”.

Jorge Larrañaga por su parte llamó a no sobredimensionar este tema. “Nada se dijo en el 2004, cuando el candidato doctor Tabaré Vázquez utilizó una canción extranjera, argentina, de Mercedes Sosa (…) Si usted mira el spot, arranca con una radio. Las personas no están mirando a Lacalle, escuchan a través de una radio. Eso es lo que se quiso trasladar”. Lacalle, finalmente, concluyó: “Falta que usted diga que yo no era yo, que era mi primo hermano. Ahora nos dicen que somos engañosos… acá se están pasando los límites”.

La entrevista culminó en forma tensa luego que Canal 4 mostrara una grabación del historiador Gerardo Caetano, en la que afirma que el partido nacional “equivocó la estrategia”. Luis Alberto Lacalle se mostró molesto por lo que consideró una opinión flechada.

Yo les agradezco por poner la grabación de una persona ‘totalmente independiente’ para analizar la campaña de Partido Nacional”, ironizó Lacalle. “Le agradezco a Caetano, un ‘amigo’ y también a ustedes. Esto es toda una posición”, concluyó, mientras Larrañaga afirmaba que el video de Caetano “está absolutamente flechado a una opción política”.

La polémica de los spots

El Partido Nacional lanzó durante la campaña para el balotaje dos spots en los que distintas personas escuchan con atención mensajes brindados por Jorge Larrañaga y Luis A. Lacalle en radio y televisión.




Los mismos siguen la línea estética de la campaña realizada por el argentino Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires, como se puede apreciar en los videos que adjuntamos al final de la nota, donde incluso se ven algunos actores repetidos (en estas imágenes se puede ver a la misma mujer, por ejemplo) Recordemos que el jefe de campaña de De Narváez es el publicista argentino Ramiro Agulla (autor de la exitosa serie "La llama que llama"), cuyo nombre había sido manejado de este lado del Río de la Plata vinculado a la campaña del PN de cara al balotaje.




El responsable de la campaña nacionalista, Gustavo Penadés, había afirmado a la prensa local que serían asesorados por Agulla, pero días después, en conversación con Montevideo Portal, Penadés afirmó que se había "abandonado la idea". Fuentes del Partido Nacional confirmaron finalmente este lunes que los spots fueron realizados por Agulla y defendieron la elección de la estética por lo exitosa que fue la campaña de De Narváez.


Spots emotivos buscan sumar votos



¡Ay de mí! llorona, llorona,
llorona de azul celeste,
¡ay de mí! llorona, llorona,
llorona de azul celeste,
aunque la vida me cueste, llorona,
no dejaré de quererte,
aunque la vida me cueste, llorona,
no dejaré de quererte.
(Folclore mexicano)

El mejor es sin duda el que muestra al candidato blanco Luis Alberto a.k.a. Cuqui Lacalle de Herrera a los sollozos, pidiendo el voto a diversos ciudadanos cuyos rostros se van sucediendo en el spot. Todos evidentemente de Avenida Italia al Norte: no hay allí personas rubias o de tez muy blanca. Es un llanto para la negrada, entonces. Para los malolientes, los vagos, los que deben caer bajo la motosierra. El otro, protagonizado por el candidato a vice Jorge Larrañaga, alias "El Guapo" por su fama de golpeador, no trae nada nuevo: siempre la misma impostación hueca y gritona con frenillo y ceceo incluidos, que se desgañita en un decreto casi improbable: ¡"Vamos a ganar, vamos a ganar, vamos a ganar"! La triple enunciación del decreto me recuerda el 3,33 que parece destinado a sobrevolar la campaña de este Partido Nacional en franca decadencia.

Las principales encuestadoras del país (Cifra, Equipos Mori, Factum) dan un porcentaje cercano al 50% para el candidato frenteamplista José A. Mujica Cordano y un 40% para el ahora lloroso doctor Lacalle, con un 3,2% (+-) de error. Veremos entonces al signado por la Divina Providencia tener que ir a llorar al cuartito, o donde guarde su 3, 33 lejos de la vista del IRPF.





3,33%

He aquí el otro número mágico 3.33, esta vez el porcentaje que de acuerdo al Blog "Corrupción Uruguay" sería lo percibido por Julia Pou de Lacalle de manos de Stéphane Benhamou.

Venta del Banco Pan de Azúcar en Uruguay: un caso de corrupción en las altas esferas.Universidad de Chile.Facultad de Derecho, Centro de Derechos Humanos,©Transparencia y Probidad Pública, Estudios de Casos en América Latina

http://www.transparenciacdh.uchile.cl/media/publicaciones/syllabus/22PratsVentaBanco.pdf

3.33

Prometí relatar la importancia de estos tres numeritos en la vida de Lacalle de Herrera, pero por razones de orden cronológico voy a andar para atrás, al marzo -mes tercero- de 1933. Presidía la república el doctor Gabriel Terra, hijo de José Ladislao, ministro de Máximo Santos. Y la gran figura del Partido Nacional era el abuelo de Lacalle, el doctor Luis Alberto de Herrera. Desde 1931 Terra venía gestando acuerdos para disolver el Parlamento con los diferentes líderes políticos, presionado por intereses económicos sobre todo los del petróleo, amenazados por una eficiente administración de ANCAP. La Federación Rural, la Federación de Industrias y el Comité de Vigilancia Económica -popularmente designado como el "Comité del vintén"- defendían también sus privilegios de clase, apoyando un fortalecimiento del presidente considerando la necesidad de una "mano dura" . Y desde Europa llegaba, para redondear, el modelo fascista. El Ejecutivo dirigió su artillería contra el Legislativo porque le cercenaba sus poderes de mando, y encontró argumentos válidos denunciando el pacto entre batllistas y "posibilistas", es decir blancos escindidos de la jefatura herrerista que se repartían los cargos en los colegiados administrativos de acuerdo a las premisas del "Pacto del chinchulín" como lo rebautizara "El Debate", el diario de Herrera.
En enero de 1933 Terra y el doctor de Herrera mantienen una entrevista. El Debate editorializa: "Al país le hará bien terminar de una vez por todas con este estado de cosas... ¡Revolución urgente, inevitable, tres veces santa!!" y añadía en letra grande "Todo el mundo es revolucionario". En febrero se produjeron manifestaciones obreras, y el órgano del Partido Socialista -el diario El Sol- pedía la dimisión del presidente Terra. A fines de marzo, don Luis Alberto de Herrera, su esposa e hija -madre del candidato Lacalle- subían a un vapor en el puerto de Montevideo para unas vacaciones en Río de Janeiro; en Alemania el canciller Adolfo Hitler conseguía los votos necesarios para obtener los poderes totales del Reich y Terra, apoyado por la policía dirigida por su cuñado Alfredo Baldomir, daba el golpe de estado. Era el día 31 del mes 3 del año 33. Se crea un consejo asesor, una Junta de Gobierno integrada por notabilidades afines al dictador, entre los cuales blancos de pro como Pedro Manini Ríos, Roberto Berro y Martín Echegoyen*, este último uno de los directores de El Debate.

Aisladamente, hubo un acto de heroicidad: Baltasar Brum -figura del Partido Colorado- se disparó un tiro en la sien en plena calle para provocar el fin de la apatía de sus conciudadanos, pero fue un acto inútil: el estadio se llenó de público al día siguiente para presenciar un partido.

Don Luis Alberto de Herrera, líder del Partido Nacional que con un telegrama hubiera podido levantar a sus correligionarios a una resistencia, paseaba por Copacabana con doña Hortensia de bracete.


*Martín Recaredo Echegoyen debió ser un fan vocacional de los golpes de estado. En el dado por los militares en 1973 quitando de en medio al presidente constitucional Juan Bordaberry -padre del senador electo Pedro- se creó un Consejo de Estado para remedar al Legislativo bicameral, siendo también él uno de sus miembros. Habían pasado cuarenta años del anterior y el doctor de Herrera ya había muerto, pero fiel a su instinto de estar del lado correcto en el momento justo, el patriarca nacionalista tuvo como cúlmine de su extensa carrera el bochornoso honor de ser aliado de los golpistas.

Ayer la vi (y no fue casualidad)

En los años 63 y 64 -del Siglo pasado, claro que si- los profesores adscriptos a nuestros grupos liceales eran Leonor Escuder de Kupfer, Sonia Breccia y Eduardo Pedretti. Los tres profesores de Literatura. Pero de los tres, sólo Sonia saltó a la primera plana cuando se dedicó al periodismo, un tipo de periodismo serio y razonador comprometido con la realidad. La recordaba anoche, viendo su programa en Teve Nacional, con su frescura de veinteañera de hace cuarenta y cinco años, el pelo oscuro y enrulado a más no poder siempre atado en una cola de caballo que la hacía parecer más grande, por el volumen, -Ouidad* no era aún famosa- sus anteojos con cristales como culo de botellas y su andar silencioso como pidiendo permiso... Surge la comparación con esta mujer que parece detenida en el tiempo gracias a una máscara casi inmóvil, con el pelo aclarado a más no poder y quebrado por los laciados seguramente semanales, porque en aquella mata inexpugnable sólo así se podría conseguir este resultado increíble. Tanto, que continuando con el grácil uso de sus manos (signo de que es ella y no otra que le robara la voz, la modulación pausada y el lenguaje siempre exacto) logra deslizarlo hacia un costado cada tanto cuando a fuer de aindiado se le vuelca sobre los ojos.
Pero sí, es Sonia Breccia. Al menos es su voz inolvidable, su compás de espera mientras el otro declara, su explicación sobre aquello que va a decir o leer -como pidiendo permiso- y ese savoir faire sentir cómodo al alumno faltoso o a la figura mentirosa para que se digan y desdigan solos sin ella tener que mover un sólo músculo, dejando a la audiencia sacar conclusiones... Recuerdo, hace unos años, cómo con su vocecita más desapasionada preguntó así, sin anestesia, al pai Armando Ayala** (ìgbà e) "si era cierto que él había realizado trabajos de magia para que ella fuese despedida del canal" -sic- donde ambos trabajaban, y a instancia de otras colegas. Y Armando, que cuando era tomado por sorpresa era capaz de decir la verdad, largó una de aquellas carcajadas homéricas que normalmente en él resultaban simpáticas y le pidió ir a un corte antes de responderle.
Pero anoche estuvo bajo su lupa examinadora un personaje que si bien no se ha cambiado la cara a piacere de bisturí, sí cambia de rostro, de colores y de decires como si se tratara de un camaleón. Mezcla de la madre Teresa de Calcuta, del Guasón de César Romero en la antigua serie Batman (sobre todo cuando ríe sin reir como enseña a sus discípulos y lacallos -ya sé que es con ye, pero los de Lacalle son evidentemente lacallos- Jorge Larrañaga y Javier García entre los más destacados émulos) y de un Julio Sanguinetti conciliador y verboso. Claro que ganarle a Sanguinetti es difícil, aún para este maestro del disfraz y la simulación, porque el doble ex-presidente es inteligente, cosa que Lacalle no es. Es simplemente un hábil simulador capaz de hacer un movimiento en el aire pero nunca una estrategia a largo plazo.
Breccia -que sí es inteligente, y muy inteligente- lo dejó hablar todo lo que quiso, dándole apenas un extremo del hilo de Ariadna para que el veterano blanquiceleste-rosadón transmutado en (esa imagen edulcorada que tiene el mundo de) la hermana Teresa entrara al laberinto y se perdiera en él creyendo salir indemne.
Como siempre, Sonia Breccia merece aplausos.
Es casi seguro que ese programa salido al aire por el canal estatal -que llega a toda la república- le reste a este guasón de carnaval al Norte de Avenida Italia*** unos cuantos miles de votos. Basta sólo comparar sus dichos aquí con los que grita junto a su compañero de fórmula en los tabladillos que se hace armar en el interior. Seguramente la Divina Providencia**** -que no es boba, no- envía estas copiosas lluvias para aguarle la hipocresía a estos tunantes.

*Ouidad es una coiffeuse franco-marroquí especializada en cabelleras muy enruladas como las que son comunes en todo el África del Norte.
**El pai Armando Ayala Grabino fue el difusor más importante que tuvieran las religiones afrobrasileñas en Uruguay. El que sacó a la calle los festejos de Yemoja en plena dictadura, desafiando los prejuicios supinos y los toques de queda.
***El propio candidato Lacalle dijo que el olor de quienes viven al Norte de Avenida Italia es insoportable, proponiendo baños públicos como los que construyera Caracalla... Como yo vivo al Norte de Avenida Italia me siento consustanciado con toda la gente de bien -de trabajo, de honor y de higiene diaria- que conozco dentro de esa faja liminar del reclamo del senador electo.
**** Para recordar permanentemente a la población que es católico, apostólico y romano -y opusdeista- aunque ahora se dice "cristiano" para englobar a los seguidores del pastor Márquez que apoyan a su compañero de fórmula, señala en sus discursos haber sido llevado a la contienda electoral con José Mujica por la Divina Providencia. Es decir, la Divina Providencia, seguramente para probar su humildad, hace que todas las encuestas den como ganador al adversario, que llueva a cántaros allí adonde se dirige a tratar de convencer ("a pedirles prestado su voto", dixit) y a sugerir que Mujica tiene arsenales en manos de ciudadanos cuyas "compañeras" (lacallo Bolsari dixit) declaran al juez bajo juramento ni siquiera conocer y que ahora prometa derogar -si gana, claro- el impuesto a las jubilaciones y pensiones instrumentado precisamente bajo su gobierno de venta fraudulenta de bancos entre otras irregularidades...

Otro día, cuando tenga más tiempo, les contaré la relación que el número 3.33 tiene con el candidato y con su familia.¿Se dieron cuenta que sólo es la mitad del número de la bestia del Apocalipsis? Debe ser porque este personaje sólo es medio pelo...

Reaparecí

Hola, amigos. Estuve todos estos meses llamado a silencio, ordenando cosas -y fundamentalmente ideas- siguiendo mi rutina, cumpliendo las obligaciones anuales por el lado de orisha y por el lado de kimbandas, en fin, nada demasiado nuevo exceptuando que como es éste un año electoral me mantuve observando atentamente para decidir a quién dar mi voto. En un juego de mayorías y minorías un voto no hace millar, pero como siempre he tratado de ser objetivo en todas las cosas de la vida no podría votar sólo por impulso o por simpatía, y mucho menos desentenderme del deber cívico que me compete. Entiendo el proceso político como una cosa bastante compleja y siempre abierta a nuevas posibilidades. Así también entiendo el proceso religioso al que adhiero, tratando en lo posible de verlos desde un ángulo bastante desapasionado, para poder verlos mejor... No tengo la capacidad de los Kronberg, por ejemplo -Julio y Susana Andrade- que siendo líderes religiosos se juegan a pleno por una posición muy respetable, pero que de cierta manera tiñe su trayectoria afroumbandista con los colores de la tricolor. En ese sentido, como animal político y miembro de la sociedad, miro atentamente a todos los candidatos -que por cierto, de cándidos, nada- hasta decidir a quién considero que debo dar mi voto anónimo, obligatorio y responsable. Me jugué en las internas de junio y obviamente por disciplina voté en octubre no a quien creía el mejor candidato, sino al ciudadano a quien las mayorías consagraron.
Y a medida que el tiempo avanza, me pongo a pensar en la causalidad de las cosas; en todo lo que se ha dicho, se dice y seguramente se dirá, y me doy cuenta que este candidato a quien nunca hubiese votado de no mediar las circunstancias es el único que de algún modo puede demostrar urbe et orbi que este pequeño rincón del Sur con apenas casi tres millones de habitantes puede -todavía- reclamar alguna dignidad. Hombres de años y actividad política como el doctor Batlle, a quien la memoria colectiva ha disculpado supuestas infidencias ungiéndolo presidente, ¡Saliendo a embarrar la cancha con acusaciones histéricas salidas del más oscuro pachecato! Lacalle no se queda atrás, pero aquí sólo hace de titiritero enviando a Batlle y a sus "lacallos" a lanzar acusaciones delirantes e insostenibles desde toda lógica...

Este país minúsculo que ha dado tanto intelecto y creatividad a la región y al mundo se merece un quinquenio de trabajo, alianzas con todo el que quiera comprar y vender y la prosperidad decurrente de estas circunstancias. Tengo la certeza de que con el doctor Lacalle no lo tendremos, entre los compromisos con sus hermanos del Opus Dei, la banca internacional que ya constató su venalidad -3,33% en el caso Benhamou- y su público desprecio por quienes vivimos al Norte de Avda. Italia.