El retoque

Se aplicó hilos tensores bajo la piel del cuello para rejuvenecerse. Los detalles de la intervención.

Por Federico Mayol
para NOTICIAS

"Renovar, dar modernidad o actualidad a lo desusado, olvidado o postergado. Remozar, dar a alguien fortaleza y vigor, como se suele tener en la juventud”. Bien podría ser el nombre de Cristina Kirchner una más de las acepciones de la definición de la Real Academia Española sobre la palabra “rejuvenecer”. A su aspecto bastante lozano y bien cuidado, que esculpe en base a baños faciales con leche vegetal, grandes dosis de maquillaje, cirugías y horas de gimnasia, la Presidenta agregó una novedosa intervención estética a su colección: para estirar su cuello se aplicó hilos tensores, una técnica revolucionaria que no produce cambios drásticos en la piel y que se realiza a través de procedimientos sencillos sin cortes ni cicatrices y con anestesia local. Según los especialistas, la intervención cuesta entre 800 y 1.200 dólares, pero en algunos casos puede llegar a 2.500.

NOTICIAS pudo confirmar la intervención a través de dos fuentes del entorno de la Presidenta: un funcionario que trabaja en la Casa Rosada y una legisladora del Congreso muy cercana a la jefa de Estado. La intervención habría tenido lugar en la primera semana de junio luego del viaje de Cristina a Roma, donde asistió a la cumbre de la ONU sobre alimentación.

Las arrugas en manos y cuello delatan la edad como ninguna otra parte del cuerpo, y son una de las mayores preocupaciones en aquellas mujeres que buscan rejuvenecerse. Cristina no es la excepción. Es la Presidenta, pero primero es mujer.

Forever young. Los hilos que se utilizan para la intervención a la que se sometió la Presidenta son de propileno, el mismo material que se utiliza para suturar, aunque los aplicados a Cristina tienen espinillas que se enganchan por debajo de la piel. La intervención no dura más de una hora, se utilizan un mínimo de cuatro hilos y un máximo de seis, y se trabaja con anestesia local. Las mujeres la utilizan para combatir la flaccidez de la piel sin recurrir al quirófano. En años anteriores, se utilizaban hilos de oro –ahora fueron reemplazados por los llamados “hilos rusos” de propileno, a la vanguardia de la estética–, que tomaron impulso en todo el mundo por la aplicación que se hizo la actriz francesa Catherine Deneuve.

Entre las bondades de la intervención, los especialistas enumeran que no produce cambios drásticos en las facciones de la persona –como sí pueden hacerlo las viejas cirugías estéticas–, y que se puede aplicar en pacientes diabéticos o con problemas cardíacos, y en aquellos que no resisten anestesias prolongadas. Lo malo es que el procedimiento es tan reciente que la ciencia aún no logró determinar si después de tres años pueden producirse efectos indeseados. Los especialistas afirman que se pueden retomar las actividades a las 24 horas de la intervención, aunque recomiendan tomar analgésicos y hasta colocar hielo en la zona para minimizar las inflamaciones.

Es llamativo que Cristina tenga tiempo para preocuparse por la estética en medio de la pelea con el campo, cuando los alrededores del Congreso se transforman en un campamento y la relación con parte del PJ y con su propio vicepresidente Julio Cobos se fracturó... En la semana del 10 al 17 de junio tras su regreso de Roma, la Presidenta usó diversos pañuelos durante tres días. Según los especialistas, luego de la intervención se coloca en la piel tela adhesiva por tres o cuatro días para que el tejido pueda formar colágeno alrededor de los hilos. Tras casi una semana con el cuello al viento, Cristina volvió al pañuelo el jueves 19, el lunes 23 y el jueves 26. ¿Fue por el aire gélido que llegó para quedarse, por capricho estético o por alguna consecuencia no deseada de la intervención a la que se sometió? Si el organismo del paciente rechaza los hilos, éstos deben removerse. El Gobierno no hizo declaraciones al respecto.

Sea por lo que fuere, los pañuelos al cuello –usó negros, marrones y alguno con colores chillones– pasaron a formar parte en las últimas semanas del vestuario oficial de la Presidenta que siempre sorprende con un nuevo look. Todo al revés de su esposo. Néstor Kirchner siempre se quejó divertido de las críticas a sus sacos cruzados y sus mocasines gastados.

La obsesión por la estética no es nueva en Cristina. Las extensiones en su cabello, los paseos en rollers por la Quinta de Olivos para tonificar las piernas, el botox para rellenar arrugas en la cara y la gimnasia modeladora ya son un clásico de la Presidenta. Entre sus secretos de belleza también figuran la utilización de electroestimulación para fortalecer los músculos y afinar los tobillos, el relleno y la micropigmentación de labios, la cirugía de bolsas, la lipoaspiración de muslos y el blanqueamiento de dientes, al que también se sometió su marido cuando era presidente.Además, ella ordena que se utilice Photoshop en las imágenes oficiales que difunde el sitio web de la Presidencia. Y en los actos de la Casa Rosada mantiene a una distancia prudencial a los fotógrafos, para evitar primeros planos.

¿Seguirá con esos tics ahora que rejuveneció su look?

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