Las revoluciones se producen, generalmente, en los callejones sin salida. Bertolt Brecht


Me llaman la Agrado porque toda mi vida sólo he prentendido hacerle la vida agradable a los demás.

Además de agradable soy... muy auténtica.

¡Miren qué cuerpo! ¡Todo hecho a medida!

Rasgado de ojos, ochenta mil. Nariz doscientas, tiradas a la basura porque un año después me la pusieron así de otro palizón. Ya sé que me da mucha personalidad, pero si llego a saberlo no me la toco...

Continúo:

Tetas, dos, porque no soy ningún monstruo. Setenta cada una,;pero éstas las tengo ya superamortizadas. Silicona en... labios, frente, pómulos, cadera y culo. El litro cuesta unas cien mil, así que echad la cuenta, porque yo ya la he perdido.

Limadura de mandíbula, setenta y cinco mil. Depilación definitiva láser... porque la mujer ‘también’ viene del mono, tanto o más que el hombre: sesenta mil por sesión. Depende de lo barbuda que uno sea, lo normal es de dos a cuatro sesiones; pero si eres folclórica necesitas más, claro.

Bueno, lo que les estaba diciendo, ¡Que cuesta mucho ser auténtica, señora! Y en estas cosas no hay que ser rácana. Porque una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma...

Monólogo de La Agrado en Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar.

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