Las misteriosas esferas de piedra de Costa Rica se hicieron mundialmente famosas por aparecer en la secuencia de inicio de la película «En busca del arca perdida», en la que una de estas reliquias misteriosas -obviamente una maqueta- rodaba a gran velocidad a punto de aplastar al mismo Indiana Jones. Actualmente se conoce la existencia de 300 de estas bolas de distinto tamaño -la más grande pesa unas 16 toneladas y mide dos metros de diámetro- la mayoría concentradas en la región del Delta de Diquís. Los científicos no saben para qué se hicieron ni qué sentido les daba la gente que las construyó. Creen que las rocas más antiguas fueron elaboradas el año 600 después de Cristo, aunque casi todas aparecieron alrededor del año 1.000, antes de la conquista española. La incógnita de su origen ha fomentado las más disparatadas teorías, desde que están asociadas con la pérdida del continente de la Atlántida, hasta que están relacionadas con Stonehenge o con las estatuas de la Isla de Pascua.
John Hoopes, un profesor de antropología de la Universidad de Kansas, ha viajado a Costa Rica para estudiar estas esferas y evaluar su valor, ya que la UNESCO estudia concederles el estatus de Patrimonio de la Humanidad. Su informe ayudará a determinar si merece la pena proteger los lugares donde se encuentran las rocas. Muchas permanecen en buen estado en los lugares originales donde fueron descubiertas, pero otras han sido reubicadas o dañadas debido a la erosión, los incendios o el vandalismo. El equipo de Hoopes ha realizado pruebas de radiocarbono en los depósitos arqueológicos donde se han encontrado las rocas para determinar su edad, pero reconoce que es un método poco efectivo, ya que «esta metodología dice el último uso de la esfera, pero no cuándo se hizo. Estos objetos pueden haber sido ser utilizados durante siglos».
Algunas teorías relacionan las esferas con el fin del continente de la Atlántida, las piedras de Stonehenge o las figuras de la Isla de Pascua. Incluso hay quien cree que son ayudas a la navegación. «Los mitos se basan en especulaciones muy ramplonas sobre antiguas civilizaciones imaginarias o visitas de extraterrestres», apunta Hoopes. A su juicio, las esferas tienen que ver con la cerámica y los materiales típicos de las culturas precolombinas del sur de Costa Rica. Se fabricaron «picando, moliendo y golpeando» con alguna especie de martillo. Algunas de las esferas todavía tienen la marca de los golpes.
Pero, ¿para qué se hicieron? «En realidad no sé por qué», reconoce Hoopes. «La gente que las hizo no dejó ningún documento escrito. Solamente tenemos los datos arqueológicos para tratar de reconstruir el contexto, ya que la cultura de las personas que las hicieron se extinguió con ellos poco después de la conquista española». Hoopes ha creado una página web para derribar algunos de los conceptos erróneos y fantasiosos acerca de las esferas, que poco tienen que ver con "ciudades perdidas" o "naves espaciales".
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