El 30 de marzo (14 de nisán) de 1135, en vísperas de Pésaj, (Pascua) nace en la aljama de Córdoba Moshé ben Maimón el sefardí, conocido entre los musulmanes como Abú Imram Musa ben Maimón ibn Abdalá. En Occidente se le seguiría conociendo como Maimónides, el doctor judío. Su nacimiento está registrado por Abraham Zacuto en un texto llamado "El libro de los linajes". De la familia de Maimónides se sabe que su padre era matemático y talmudista famoso en los círculos de Córdoba y Toledo. Su hermano David se desempeñaba como comerciante en joyas y su hermana Shulamit fue una excelente calígrafa de gran ayuda para Maimónides (RaMBaM, Rabí Moshé ben Maimón, para los judíos) en la redacción final de sus primeras obras.
En 1148, el sur de España (Sefarad en hebreo), es conquistado por los Almohades, una secta fanática del Corán que obliga a emigrar a judíos y cristianos a menos que se conviertan a la fe del Islam o decidan morir por sus creencias. Entre los que emigran, al lado de la familia de Maimónides están el gramático y exegeta José Qimhí y Yehuda Ibn Tibbón, jefe de una gran casa de traductores. Llegan a Almería en 1151 y después a Fez (Marruecos) Durante el periodo de la intransigencia almohade, Maimónides y los suyos se hacen pasar por muslimes (Muslim, islámico en hebreo) y visten como tales, lo cual le permite a Maimónides estudiar el árabe, la poesía y las matemáticas. En su casa se convierte en un gran estudioso del Talmud y la Torá. En 1160, Maimónides escribe Iggéret Ha Shemad (carta sobre la apostasía) donde defiende la situación de los anusim (cripto-judíos supuestamente convertidos al islamismo), haciendo gala de una enorme cantidad de citas talmúdicas y tanájicas (Tanaj, Biblia en hebreo) Sin embargo, la tranquilidad se rompe: en 1165, Rabí Yehuda Ibn Sosán, el más eminente rabino de Fez, es reducido a prisión y se le ejecuta por habérsele encontrado "culpable" de judaizar. Maimónides se salva de quedar preso y ser ejecutado gracias a la mediación hecha ante los almohades por su amigo Abú L’Arab ibn Moisa. Ante esta situación, Maimónides emigra hacia la tierra de Israel y allí permanece por cinco meses para luego instalarse en Egipto, donde reinaban los fatimíes, musulmanes más tolerantes que los almohades. En Alejandría, Maimónides se dedica al comercio de piedras preciosas, sin dejar por ello de continuar con sus trabajos filosóficos. Mientras Maimónides está en Alejandría, su hermano David muere en un naufragio y con él se pierde toda la fortuna de la familia. Este hecho enferma gravemente a Maimónides, que casi muere de dolor, pero este hecho le acerca a la ciencia árabe del cielo y se aplica a recetas y terapias creadas o mejoradas por él mismo, dedicándose a la medicina a la par que comienza a dictar conferencias científicas, en especial sobre medicina, a las matemáticas y a la astronomía. La enfermedad le ha propiciado un espacio de conocimiento y profunda reflexión por la vida de su hermano y el miedo al futuro. Después de su larga convalecencia, el filósofo lee todos los comentarios de Avicena. Cuando Saladino se apodera del Medio oriente, Moshé ben Maimón consigue una citación privilegiada como médico de cámara del visir Al Fadl. Se dice que por esta época, el rey Ricardo Corazón de León, el héroe de la tercera cruzada, quiso atraer a Inglaterra al RaMBaM, pero éste desistió de ir a la corte del rey inglés como protesta a las matanzas de judíos hechas por los cruzados (otros sostienen que fue Amalrico, otro gobernador cruzado y no Ricardo Plantagenet quien le hizo tal petición)
Con el tiempo y los vastos conocimientos médicos de Maimónides, éste se convierte en un personaje de suma importancia en El Cairo (ahora vive en Fustat), tanto en la judería como en el mundo islámico de donde se lo llama permanentemente para dar consejos, determinar certezas y hacer curaciones especializadas. Pero las envidias lo convierten en su centro. Incluso su amigo Abú L’Arab ibn Moisa lo acusa de relapso (lo que en el Islam se condena con la muerte o el destierro) y, de no haber sido por la decidida defensa del visir Al Fadl -quien demuestra que el filósofo nunca se convirtió al Islam y por ello la condición de relapso no se le puede aplicar- el RaMBaM habría sido ejecutado o desterrado de Egipto (quizás a los desiertos del Sur) Pero el mazal (la estrella) de Maimónides sigue a su favor: a pesar de los tejemanejes de sus opositores, es nombrado Naguid (Ra’is al yahud, o jefe de los judíos) de todas las comunidades de Egipto.
Paralelamente a estos acontecimientos, Samuel ben Alí, director de la madrasa (escuela islámica) de Bagdad, se dedicó a perseguir a Maimónides en el campo de la filosofía religiosa buscando contradecirlo sin lograr más resultados que acrecentar la fama y autoridad del RaMBaM. El 13 de diciembre (20 de tevet) de 1204, muere Maimónides y es sepultado en Tiberiades, llorado por judíos y musulmanes. En su lápida, alguien escribió: Mi Mosé le Mosé, lo hayá ke Mosé (de Moisés a Moisés no ha existido otro Moisés)
¿Pero donde radica la importancia de Maimónides para que el mundo de su época estuviera tan atento a él? En sus 70 años de vida, el RaMBaM escribió obras filosóficas, médicas, matemáticas y religiosas de enorme calibre para el desarrollo del pensamiento. Sólo en el aspecto religioso, Maimónides es el pensador judío más citado por los pensadores escolásticos, quienes conocieron parte de su obra al ser traducida al latín por la familia Tibbon. Guillermo de Auvernia, Alejandro de Hales, Nigerio de Bravante, san Alberto Magno y santo Tomás de Aquino lo mencionan frecuentemente y discuten sus doctrinas metafísicas, llegando incluso a experimentar el influjo y aprovechar las aportaciones de Rabbí Moyses Iudaeus, como lo llaman. Salvo el Antiguo Testamento (Tanaj), ninguna obra influyó tanto, en lo que se refiera a la literatura hebrea, en santo Tomás, como la de Moisés el egipcio… que firmaba Moshé ben Maimón, el sefardí. Por la claridad y la concisión, por la temática y la universalidad, los libros de Maimónides, al sumarlos en su totalidad, parecieran haber sido escritos por varios sabios. "Son tantas las obras y tal su profundidad que sólo una mentalidad de extrema lucidez, amplitud y vigor de inteligencia, diafanidad en la exposición, grandiosidad y armonía en la construcción ideológica, universalidad en el saber, ahondamiento y rigor científico, como las que Maimónides pudo conseguir: no en vano su incidencia en el pensamiento lo valora como la figura de mayor relieve en todo el judaísmo post-bíblico y una de las más claras inteligencias que ha producido la humanidad", dice David Gonzalo Maeso, traductor al castellano de La Guía de Perplejos, la obra de mayor importancia del RaMBaM. La obra de Maimónides va desde lo simple a lo complejo, desde lo cotidiano hasta lo más intrincado de la metafísica. La obra del RaMBaM no excluye a nadie, está escrita para gente sencilla y para grandes intelectuales. Por esto no es extraño encontrar libros como la Aquedá (poesía sagrada), Aní Mazkir (Yo recuerdo) o escritos sobre matemáticas y astronomía como Hesbón ha-Ibur (Tratado sobre el calendario, literalmente Cálculo de la intercalación) donde hace relación a Molad (la luna nueva) y los Tratados filosóficos como Millot ha-Higgaión (términos lógicos), Ma’amar tehiat ha-Metim (tratado de la resurrección de los muertos), además de pequeños compendios de corte psicológico y psiquiátrico (estaciones) En lo tocante a Medicina, Moshé ben Maimón escribió el Séfer ha-Qaséret (libro del asma), Hanhagat ha-Beriut (régimen de la salud), Al ha-Misgal (en árabe Fi’al-yama’a, comercio sexual), Harkabat ha-Refuot (composición de los medicamentos), Perush ha-pirké abrujat (comentarios a los aforismos de Hipócrates), Pirké Mosé (sus aforismos, la obra médica más importante de Maimóides, tempranamente traducida al latín) y otros como los comentarios sobre Galeno y las respuestas médicas de inmediato, las causas de las enfermedades y su curación, o los cánones de la parte práctica de la medicina. En religión, su obra es más densa y amplia: escribe la Iggeret Temán (epístola del Sur), coocida también como Petáh Tikvá (La puerta de la esperanza), las Iggarot la-maor ha-gadol (cartas a la Luz grande), Kitab al-faríd (el libro de los preceptos. En hebreo, séfer ha-Mitzvot), y sus dos obras más grandes: Mishné Torá (repetición de la ley), conocida también como Yad Hazaká (la mano fuerte), que contiene los Shelosh Assará jikarim (los trece artículos de fe) Moré nebujim, una obra enorme donde la filosofía de Aristóteles se une a la Biblia en un intento por compaginar la razón con la creencia. De otros varios libros, hay datos: Ahabá (el amor), Tshuvá ha-Golá (respuesta del destierro), Tratado del conocimiento de D-s por medio de sus criaturas y otros. El trabajo de Maimóides debió de ser agotador, pues mientras escribía nunca detuvo su trabajo como médico y consejero. O sea que lo intelectual se mantuvo unido a los práctico, a la vida del afuera y a las pequeñas cosas. Moshé ben Maimón siempre firmó como el sefardí (el español), poniendo de relieve su origen hispánico: sus raíces, el orgullo de descender de judíos que vivían allí desde hacía más de diez siglos. Y su obra a pesar de estar escrita en árabe y en hebreo, tiene en su redacción el halo judeo-español de la explicación clara y concisa.
En 1148, el sur de España (Sefarad en hebreo), es conquistado por los Almohades, una secta fanática del Corán que obliga a emigrar a judíos y cristianos a menos que se conviertan a la fe del Islam o decidan morir por sus creencias. Entre los que emigran, al lado de la familia de Maimónides están el gramático y exegeta José Qimhí y Yehuda Ibn Tibbón, jefe de una gran casa de traductores. Llegan a Almería en 1151 y después a Fez (Marruecos) Durante el periodo de la intransigencia almohade, Maimónides y los suyos se hacen pasar por muslimes (Muslim, islámico en hebreo) y visten como tales, lo cual le permite a Maimónides estudiar el árabe, la poesía y las matemáticas. En su casa se convierte en un gran estudioso del Talmud y la Torá. En 1160, Maimónides escribe Iggéret Ha Shemad (carta sobre la apostasía) donde defiende la situación de los anusim (cripto-judíos supuestamente convertidos al islamismo), haciendo gala de una enorme cantidad de citas talmúdicas y tanájicas (Tanaj, Biblia en hebreo) Sin embargo, la tranquilidad se rompe: en 1165, Rabí Yehuda Ibn Sosán, el más eminente rabino de Fez, es reducido a prisión y se le ejecuta por habérsele encontrado "culpable" de judaizar. Maimónides se salva de quedar preso y ser ejecutado gracias a la mediación hecha ante los almohades por su amigo Abú L’Arab ibn Moisa. Ante esta situación, Maimónides emigra hacia la tierra de Israel y allí permanece por cinco meses para luego instalarse en Egipto, donde reinaban los fatimíes, musulmanes más tolerantes que los almohades. En Alejandría, Maimónides se dedica al comercio de piedras preciosas, sin dejar por ello de continuar con sus trabajos filosóficos. Mientras Maimónides está en Alejandría, su hermano David muere en un naufragio y con él se pierde toda la fortuna de la familia. Este hecho enferma gravemente a Maimónides, que casi muere de dolor, pero este hecho le acerca a la ciencia árabe del cielo y se aplica a recetas y terapias creadas o mejoradas por él mismo, dedicándose a la medicina a la par que comienza a dictar conferencias científicas, en especial sobre medicina, a las matemáticas y a la astronomía. La enfermedad le ha propiciado un espacio de conocimiento y profunda reflexión por la vida de su hermano y el miedo al futuro. Después de su larga convalecencia, el filósofo lee todos los comentarios de Avicena. Cuando Saladino se apodera del Medio oriente, Moshé ben Maimón consigue una citación privilegiada como médico de cámara del visir Al Fadl. Se dice que por esta época, el rey Ricardo Corazón de León, el héroe de la tercera cruzada, quiso atraer a Inglaterra al RaMBaM, pero éste desistió de ir a la corte del rey inglés como protesta a las matanzas de judíos hechas por los cruzados (otros sostienen que fue Amalrico, otro gobernador cruzado y no Ricardo Plantagenet quien le hizo tal petición)
Con el tiempo y los vastos conocimientos médicos de Maimónides, éste se convierte en un personaje de suma importancia en El Cairo (ahora vive en Fustat), tanto en la judería como en el mundo islámico de donde se lo llama permanentemente para dar consejos, determinar certezas y hacer curaciones especializadas. Pero las envidias lo convierten en su centro. Incluso su amigo Abú L’Arab ibn Moisa lo acusa de relapso (lo que en el Islam se condena con la muerte o el destierro) y, de no haber sido por la decidida defensa del visir Al Fadl -quien demuestra que el filósofo nunca se convirtió al Islam y por ello la condición de relapso no se le puede aplicar- el RaMBaM habría sido ejecutado o desterrado de Egipto (quizás a los desiertos del Sur) Pero el mazal (la estrella) de Maimónides sigue a su favor: a pesar de los tejemanejes de sus opositores, es nombrado Naguid (Ra’is al yahud, o jefe de los judíos) de todas las comunidades de Egipto.
Paralelamente a estos acontecimientos, Samuel ben Alí, director de la madrasa (escuela islámica) de Bagdad, se dedicó a perseguir a Maimónides en el campo de la filosofía religiosa buscando contradecirlo sin lograr más resultados que acrecentar la fama y autoridad del RaMBaM. El 13 de diciembre (20 de tevet) de 1204, muere Maimónides y es sepultado en Tiberiades, llorado por judíos y musulmanes. En su lápida, alguien escribió: Mi Mosé le Mosé, lo hayá ke Mosé (de Moisés a Moisés no ha existido otro Moisés)
¿Pero donde radica la importancia de Maimónides para que el mundo de su época estuviera tan atento a él? En sus 70 años de vida, el RaMBaM escribió obras filosóficas, médicas, matemáticas y religiosas de enorme calibre para el desarrollo del pensamiento. Sólo en el aspecto religioso, Maimónides es el pensador judío más citado por los pensadores escolásticos, quienes conocieron parte de su obra al ser traducida al latín por la familia Tibbon. Guillermo de Auvernia, Alejandro de Hales, Nigerio de Bravante, san Alberto Magno y santo Tomás de Aquino lo mencionan frecuentemente y discuten sus doctrinas metafísicas, llegando incluso a experimentar el influjo y aprovechar las aportaciones de Rabbí Moyses Iudaeus, como lo llaman. Salvo el Antiguo Testamento (Tanaj), ninguna obra influyó tanto, en lo que se refiera a la literatura hebrea, en santo Tomás, como la de Moisés el egipcio… que firmaba Moshé ben Maimón, el sefardí. Por la claridad y la concisión, por la temática y la universalidad, los libros de Maimónides, al sumarlos en su totalidad, parecieran haber sido escritos por varios sabios. "Son tantas las obras y tal su profundidad que sólo una mentalidad de extrema lucidez, amplitud y vigor de inteligencia, diafanidad en la exposición, grandiosidad y armonía en la construcción ideológica, universalidad en el saber, ahondamiento y rigor científico, como las que Maimónides pudo conseguir: no en vano su incidencia en el pensamiento lo valora como la figura de mayor relieve en todo el judaísmo post-bíblico y una de las más claras inteligencias que ha producido la humanidad", dice David Gonzalo Maeso, traductor al castellano de La Guía de Perplejos, la obra de mayor importancia del RaMBaM. La obra de Maimónides va desde lo simple a lo complejo, desde lo cotidiano hasta lo más intrincado de la metafísica. La obra del RaMBaM no excluye a nadie, está escrita para gente sencilla y para grandes intelectuales. Por esto no es extraño encontrar libros como la Aquedá (poesía sagrada), Aní Mazkir (Yo recuerdo) o escritos sobre matemáticas y astronomía como Hesbón ha-Ibur (Tratado sobre el calendario, literalmente Cálculo de la intercalación) donde hace relación a Molad (la luna nueva) y los Tratados filosóficos como Millot ha-Higgaión (términos lógicos), Ma’amar tehiat ha-Metim (tratado de la resurrección de los muertos), además de pequeños compendios de corte psicológico y psiquiátrico (estaciones) En lo tocante a Medicina, Moshé ben Maimón escribió el Séfer ha-Qaséret (libro del asma), Hanhagat ha-Beriut (régimen de la salud), Al ha-Misgal (en árabe Fi’al-yama’a, comercio sexual), Harkabat ha-Refuot (composición de los medicamentos), Perush ha-pirké abrujat (comentarios a los aforismos de Hipócrates), Pirké Mosé (sus aforismos, la obra médica más importante de Maimóides, tempranamente traducida al latín) y otros como los comentarios sobre Galeno y las respuestas médicas de inmediato, las causas de las enfermedades y su curación, o los cánones de la parte práctica de la medicina. En religión, su obra es más densa y amplia: escribe la Iggeret Temán (epístola del Sur), coocida también como Petáh Tikvá (La puerta de la esperanza), las Iggarot la-maor ha-gadol (cartas a la Luz grande), Kitab al-faríd (el libro de los preceptos. En hebreo, séfer ha-Mitzvot), y sus dos obras más grandes: Mishné Torá (repetición de la ley), conocida también como Yad Hazaká (la mano fuerte), que contiene los Shelosh Assará jikarim (los trece artículos de fe) Moré nebujim, una obra enorme donde la filosofía de Aristóteles se une a la Biblia en un intento por compaginar la razón con la creencia. De otros varios libros, hay datos: Ahabá (el amor), Tshuvá ha-Golá (respuesta del destierro), Tratado del conocimiento de D-s por medio de sus criaturas y otros. El trabajo de Maimóides debió de ser agotador, pues mientras escribía nunca detuvo su trabajo como médico y consejero. O sea que lo intelectual se mantuvo unido a los práctico, a la vida del afuera y a las pequeñas cosas. Moshé ben Maimón siempre firmó como el sefardí (el español), poniendo de relieve su origen hispánico: sus raíces, el orgullo de descender de judíos que vivían allí desde hacía más de diez siglos. Y su obra a pesar de estar escrita en árabe y en hebreo, tiene en su redacción el halo judeo-español de la explicación clara y concisa.
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