La bellísima Sylva Koscina fue una actriz italiana nacida en Zagreb, perteneciente entonces a Yugoslavia y hoy capital de Croacia. Sus trabajos más famosos fueron como heroína de Peplum junto a Steve Reeves en sus primeras apariciones como Hércules, aunque también llegó a trabajar con estrellas como Paul Newman y Kirk Douglas. Murió a los 61 años víctima de un cáncer de mama.
Nacida de padre griego y madre polaca, Sylva Koscina se trasladó a Italia durante la II Guerra mundial y estudió física en la Universidad de Nápoles. Sin embargo, su físico propio hizo que pronto comenzara su carrera como modelo, lo que terminó llevándola al mundo del cine con veinte años en la película Siamo uomini o caporali? (1955) de Camillo Mastrocinque. Su elegancia al moverse en la pantalla revelaba sus comienzos en el mundo de la moda, y su porte aristocrático empezó a hacerla conocida en comedias y seudo épicas como Hércules (Le fatiche di Ercole) y Hércules encadenado. A finales de los 60 dio el salto a Hollywood, donde se convirtió en la primera italiana en posar para Playboy. A su vuelta a Italia se adentró en el cine erótico y de destape. Sus últimas películas a menudo fueron muy pobres, siendo sus intervenciones en su mayoría de estrella invitada.
Era famosa por su megalomanía, que la llevaba a usar la tercera persona al hablar de sí misma, como Maradona o Fort; comprar una mansión que tuvo que devolver por ser investigada por hacienda o presentarse en la Mostra de Cinema de Venecia sin trabajar en película alguna, sólo como "embajadora sonriente".
A Sylva se atribuyeron muchos romances muchas durante los años de oro de la Cinecittà y Hollywood. Los tabloides de la época mencionaron nombres como los de Paul Newman, Jean Paul Belmondo, Alberto Sordi, Nino Manfredi, intentos con Bob Kennedy o el político yugoslavo Josip Broz Tito, que la llamaba "nuestra pequeña Sylva". Sin embargo, el único hombre con quien se unió en matrimonio via México, fue el productor Raimondo Castelli, declarado culpable de bigamia durante algún tiempo pues en Italia no existía el divorcio.
Nacida de padre griego y madre polaca, Sylva Koscina se trasladó a Italia durante la II Guerra mundial y estudió física en la Universidad de Nápoles. Sin embargo, su físico propio hizo que pronto comenzara su carrera como modelo, lo que terminó llevándola al mundo del cine con veinte años en la película Siamo uomini o caporali? (1955) de Camillo Mastrocinque. Su elegancia al moverse en la pantalla revelaba sus comienzos en el mundo de la moda, y su porte aristocrático empezó a hacerla conocida en comedias y seudo épicas como Hércules (Le fatiche di Ercole) y Hércules encadenado. A finales de los 60 dio el salto a Hollywood, donde se convirtió en la primera italiana en posar para Playboy. A su vuelta a Italia se adentró en el cine erótico y de destape. Sus últimas películas a menudo fueron muy pobres, siendo sus intervenciones en su mayoría de estrella invitada.
Era famosa por su megalomanía, que la llevaba a usar la tercera persona al hablar de sí misma, como Maradona o Fort; comprar una mansión que tuvo que devolver por ser investigada por hacienda o presentarse en la Mostra de Cinema de Venecia sin trabajar en película alguna, sólo como "embajadora sonriente".
A Sylva se atribuyeron muchos romances muchas durante los años de oro de la Cinecittà y Hollywood. Los tabloides de la época mencionaron nombres como los de Paul Newman, Jean Paul Belmondo, Alberto Sordi, Nino Manfredi, intentos con Bob Kennedy o el político yugoslavo Josip Broz Tito, que la llamaba "nuestra pequeña Sylva". Sin embargo, el único hombre con quien se unió en matrimonio via México, fue el productor Raimondo Castelli, declarado culpable de bigamia durante algún tiempo pues en Italia no existía el divorcio.
1 comentario:
ME GUSTABA ,CLARO HACIA ESE TIPO DE PELICULAS"
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