Borges en el Uruguay
por RUBEN LOZA AGUERREBERE
Las palabras que transcribo corresponden a un distante diálogo que mantuve con Borges: "Yo soy medio oriental. Mi abuelo el coronel Borges nació en Montevideo. Inició su carrera militar a los catorce años. A los dieciséis estuvo en la batalla de Caseros, en la Cuarta División Oriental de César Díaz. De modo que él era oriental; y tengo bastante sangre oriental por los de Haedo y los Lafinur". A estas declaraciones, agregó: "Me he criado en Buenos Aires, en Palermo y Adrogué, y en Montevideo en temporadas largas, en los veranos de aquella época que duraban como tres meses. Así que quiero mucho a Montevideo, a mis amigos orientales". Y ello se refleja en su espléndida obra.
Veamos. La vida del personaje del cuento "Funes, el memorioso" transcurre en Fray Bentos, donde habitaba un ranchito y trabajaba como trenzador. En este relato el escritor argentino, como hizo en tantos otros, atribuyó a una personalidad notoria el conocimiento del personaje ficticio; le daba de esa forma visos de verosimilitud. Aquí dice que el poeta uruguayo Pedro Leandro Ipuche había definido a Funes como: "Un Zarathustra cimarrón y vernáculo". Lo cierto es que Borges tenía en alta estima la obra poética de Ipuche, quien fue también autor de varias novelas. De manera especial Borges solía mencionar "El guitarrero correntino", uno de los poemas de Ipuche que conocía de memoria y cuyo final paladeaba: "Subió al caballo con lenta agilidad". Benjamín Otálora, el protagonista del cuento "El muerto", inicia su vida hacia la muerte parando una puñalada en un café de Paso Molino. Este cuento breve que fuera llevado al cine, se filmó en Tacuarembó. Y en el cuento "Avelino Arredondo" Borges narra el único magnicidio ocurrido en el Uruguay: en 1879, ante la puerta del Club Uruguay y a la salida de la Catedral, Avelino Arredondo disparó contra el presidente Juan Idiarte Borda dándole muerte, y luego se entregó a la policía. Dos gauchos de Cerro Largo (donde nació Emilio Oribe) son los protagonistas del cuento "El otro duelo"; esta vez Borges atribuye la historia al hijo de Carlos Reyles.
Y bien, así como evocaba a Oribe, a Ipuche, a Fernán Silva Valdés e Ildefonso Pereda Valdés (que escribía sobre la negritud), Borges tenía en alta estima a Susana Soca, dama de sociedad directora de la revista literaria "La Licorne", que murió joven en un accidente de avión y a quien Borges le dedicó un poema. Enrique Amorim, estanciero y comunista, casado con una pariente de Borges, Esther de Haedo, era otro de sus amigos. En casa de ambos Borges pasó largas temporadas. Amorim escribió a pedido de Borges una novela policial: "El asesino desvelado".
Y, en fin, quizá su mayor homenaje fue "Milonga para los orientales", publicada en "Para seis cuerdas", que comienza: "Milonga que este porteño,/ dedica a los orientales,/ Agradeciendo memorias/ De tardes y de ceibales"… Esta milonga luego termina con una cantada hermandad: "Milonga para que el tiempo/ Vaya borrando fronteras;/ Por algo tienen los mismos/ Colores las dos banderas".
Un detalle muy personal para terminar: escribí hace unos cuantos años el cuento "El hombre que robó a Borges"; y a él le gustó. Se ha publicado en varios libros y traducido al inglés, en "Ellery Queen`s Magazine", en una antología de Donald Yates (que tradujo a Borges) figurando en cursos de la universidad de Washington, en Virginia. Sí, Borges siempre nos une.
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