Yo, pecador


Los tiempos modernos traen consigo faltas modernas. Por eso el Vaticano dijo a sus fieles que deben tener cuidado de los "nuevos pecados" tales como causar deterioros en el ambiente.





La lista de orientación se dio a conocer el fin de semana cuando el arzobispo Gianfranco Girotti, el número dos del Vaticano en el área de pecados y penitencia, habló de los males modernos.

Consultado sobre cuales creía era los "nuevos pecados" de la actualidad, Girotti dijo al periódico vaticano L´Osservatore Romano que la mayor zona de peligro para el alma moderna es el -en gran parte inexplorado- mundo de la bioética.

"(Dentro de la bioética) hay áreas donde absolutamente debemos denunciar algunas violaciones de los derechos fundamentales de la naturaleza humana a través de experimentos y manipulación genéticas cuyo resultado es difícil de predecir y controlar", explicó el funcionario vaticano.

El Vaticano se opone a la investigación con células madre que involucre la destrucción de embriones y habló contra la posibilidad de realizar clonaciones humanas.

Girotti, en una entrevista titulada "Nuevas Formas de Pecado Social", también enumeró las faltas "ecológicas" como males modernos.

En meses recientes, el Papa Benedicto XVI hizo distintos llamados a la protección del medioambiente, diciendo que temas como el cambio climático se volvieron de importancia extrema para toda la humanidad.

Bajo el pontificado de Benedicto XVI y su predecesor Juan Pablo II, el Vaticano se ha vuelto progresivamente "verde". El Estado vaticano instaló células fotovoltaicas en edificios para producir electricidad y organizó una conferencia científica para discutir las ramificaciones del calentamiento global y el cambio climático, del que se responsabiliza ampliamente a la quema de combustibles fósiles.

Girotti, quien también es el número dos en la "Penitenciaría Apostólica" vaticana, que lidia con materias de conciencia, también mencionó el tráfico de drogas y las injusticias sociales y económicas como pecados modernos. Pero Girotti también se lamentó de que cada vez menos católicos van a confesarse. El funcionario indicó que un estudio de la Universidad Católica de Milán mostró que hasta un 60 por ciento de los fieles católicos en Italia dejaron de ir a la confesión. En el sacramento de la Penitencia, los católicos confiesan sus pecados a un sacerdote que los absuelve en el nombre de Dios. Pero el mismo estudio mostró que el 30 por ciento de los católicos italianos cree que no se necesita a un sacerdote como intermediario de Dios y el 20 por ciento se siente incómodo de hablar acerca de sus pecados con otra persona.

Eppur si muove! - dijo hace unos siglos el enorme Galileo Galilei.

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