Oralidad

"Narrar no sólo es significativo porque nos permite asumir o dibujar un destino ajeno, que a la vez nos educa. Es significativo porque ese destino ajeno, gracias a la fuerza de la llama que lo consume, nos transfiere el calor que jamás obtenemos de nuestro propio destino."
Walter Benjamin (1892 -1940), filósofo y crítico literario judeo-alemán
Nuestra gente está habituada desde los comienzos mismos de su cultura a escuchar atentamente las narraciones de los más ancianos. El anciano que narra, la mamá que cuenta un cuento a sus niños para convocar al sueño, el sacerdote, el novelista; todos ellos de alguna manera son, se transforman, asumen cada uno de sus personajes devolviéndolos al ámbito de la vida por un instante.
Del mismo modo, esas divinidades que habitan junto a nosotros por exclusivo permiso de nuestros Orí, son celebradas en los festejos, cantadas, alabadas, danzadas, narradas. Los cánticos litúrgicos -orin- narran sus hazañas, sus luchas, sus poderes, sus errores. Se transforman así en ejemplos educativos.
El ser ejemplo no significa que al conocer los errores tan humanos de nuestros orisha debamos imitarlos; por el contrario, se nos enseñaa ver ese defecto como una prueba a superar pues forma parte de nuestra construcción divina. Entonces, nos educa, nos dirige, nos guía por un camino similar (ese destino ajeno gracias a la fuerza de la llama que lo consume, nos transfiere el calor... como señala Benjamin) y nos permite encontrar nuestro propio sendero de conocimiento junto al orisha que es nuestro preceptor.

2 comentarios:

Unknown dijo...

que suerte encontrar esto!!!
realmente un gusto,como siempre!!
a

Milton Acosta, Òséfúnmi ti Bàáyin dijo...

Gracias, Ángela, por estar ahi y leer con atención. Gracias por los consejos, dicas, tips, que permiten mejorar los medios de expresión. Te quiero mucho, amiga mía.