







Que sea de bendición para su vida, para su orisha, para su casa, para su padre espiritual tan correcto y puntilloso.
Que esa ìyáwo que recién ha nacido distinguida por la orgullosa pluma de odídè encuentre en el culto a su ancestralidad la paz y la prosperidad que deseo para mí mismo y para los míos.
Que ení -la estera que la ha levantado de la Tierra- espere mucho tiempo para recubrir su cuerpo sacralizado y sea cantada con respeto y alegría.
Fàrà ìmòrà!


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